Presencia, identidad y afectividad en “Los heraldos negros”, de César Vallejo. Apuntes de hermenéutica semiótica
Resumen
Hay dos razones, o quizá indisposiciones, que me han provocado siempre cierta reticencia a emprender el análisis o aún el mero comentario de la obra de un poeta. La primera concierne a la objetiva dificultad que entraña involucrarse, adentrarse, compenetrarse, bucear en el caudal simbólico del texto poético. Este, por la complejidad del entramado de sus niveles y de sus figuras de composición (y de descomposición), es el que con más fuerza pone a prueba la consistencia de una elaboración teórica y la coherencia de sus respectivos procedimientos metodológicos.
La segunda concierne a la ingenua concepción instrumental del lenguaje como algo exterior a los actores individuales o sociales que, lamentablemente, predomina en la crítica literaria habitual. Frente a ella, la metodología semiótica entiende un fenómeno de lenguaje como acontecimiento que constituye al ser humano haciéndolo carne-cuerpo-sujeto de comunicación. Dicho en breve, si biológicamente somos de ADN, semióticamente somos de lenguaje. Y existir es hacer discurso de ese ser lenguaje. Así pues, cualquier discurso entraña en su entraña un proceso de significación asumido por una enunciación.