DESORDEN INFORMATIVO SOBRE LAS VACUNAS
CONTRA EL COVID-19: NARRATIVAS MULTIMODALES
DIFUNDIDAS EN REDES SOCIALES POR ESCÉPTICOS
EN COLOMBIA
Dr. Andres Lombana-Bermudez
http://orcid.org/0000-0002-1246-5994
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia; Centro ISUR,
Universidad del Rosario, Colombia
Dr. Diego García Ramirez
http://orcid.org/0000-0002-6173-8047
[email protected]
Universidad del Rosario, Colombia
Daniela Perez Avendaño
https://orcid.org/0009-0001-4724-2037
daniela.pé[email protected]
Universidad del Rosario, Colombia
Recibido: 30 de abril del 2025 / Aceptado: 26 de septiembre del 2025
doi: https://doi.org/10.26439/contratexto2025.n44.7887
RESUMEN. En este artículo se analiza el desorden informativo sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 en Colombia, durante el despliegue del Plan Nacional de Vacunación (febrero del 2021-abril del 2022) y los meses que siguieron a su finalización (mayo-diciembre del 2022). Sobre la base de la etnografía digital del colectivo Nuestra Verdad en las plataformas Twitter (X) e Instagram, y mediante el análisis multimodal de sus publicaciones, este estudio identificó las técnicas de engaño y las orientaciones narrativas que activistas antivacunas colombianos desplegaron en sus actividades comunicativas. Los resultados evidencian que las narrativas multimodales sobre la seguridad y la efectividad de las vacunas se orientan hacia la manipulación del discurso científico, la construcción de una identidad antivacunas y la exacerbación de sentimientos antigubernamentales. Las vulnerabilidades del ecosistema mediático y el contexto político colombiano fueron aprovechadas tanto para confundir y desorientar al público, “enlodando las aguas”, como para visibilizar la causa antivacunas y movilizar a los ciudadanos escépticos respecto de la vacunación en espacios públicos.
PALABRAS CLAVE: vacunas / desorden informativo / narrativa multimodal / redes sociales / desinformación
INFORMATION DISORDER ABOUT COVID-19 VACCINES: MULTIMODAL
NARRATIVES SPREAD ON SOCIAL MEDIA BY SKEPTICS IN COLOMBIA
ABSTRACT. This article analyzes the information disorder about the safety of COVID-19 vaccines in Colombia during the rollout of the National Vaccination Plan (February 2021-April 2022) and the months following its completion (May-December 2022). Based on a digital ethnography of the collective Our Truth on Twitter (X) and Instagram, and through multimodal analysis of their posts, this study identifies the deception techniques and narrative orientations that Colombian anti-vaccine activists deployed in their communication activities. The results show that multimodal narratives about vaccine safety and effectiveness are geared toward manipulating scientific discourse, constructing an anti-vaccine identity, and exacerbating anti-government sentiments. The vulnerabilities of the media ecosystem and the Colombian political context were exploited both to confuse and disorient the public, “muddying the waters,” and to make visible the anti-vaccine movement and mobilize citizens skeptical of vaccination in public spaces.
KEYWORDS: vaccines / information disorder / multimodal narrative / social media / disinformation
DESORDEM INFORMACIONAL SOBRE AS VACINAS CONTRA A
COVID-19: NARRATIVAS MULTIMODAIS DIFUNDIDAS NAS REDES
SOCIAIS POR CÉTICOS NA COLÔMBIA
RESUMO. Neste artigo, analisa-se a desordem informacional sobre a segurança das vacinas contra a COVID-19 na Colômbia durante a implementação do Plano Nacional de Vacinação (fevereiro de 2021-abril de 2022) e os meses que se seguiram à sua conclusão (maio-dezembro de 2022). Com base na etnografia digital do coletivo Nossa Verdade nas plataformas Twitter (X) e Instagram, e mediante a análise multimodal de suas publicações, este estudo identifica as técnicas de engano e as orientações narrativas que ativistas antivacinas colombianos empregaram em suas atividades comunicativas. Os resultados evidenciam que as narrativas multimodais sobre a segurança e a efetividade das vacinas se orientam para a manipulação do discurso científico, a construção de uma identidade antivacinas e a exacerbação de sentimentos antigovernamentais. As vulnerabilidades do ecossistema midiático e o contexto político colombiano foram aproveitadas tanto para confundir e desorientar o público, “turvando as águas”, como para visibilizar a causa antivacinas e mobilizar os cidadãos céticos em relação à vacinação nos espaços públicos.
PALAVRAS-CHAVE: vacinas / desordem informativa / narrativa multimodal / redes sociais / desinformação
INTRODUCCIÓN
En el segundo semestre del 2021, tras cinco meses de iniciado el Plan Nacional de Vacunación (PNV) en Colombia, las manifestaciones de grupos escépticos respecto de las vacunas contra el COVID-19 (en adelante, los escépticos) ocuparon no solo espacios públicos de Bogotá y otras ciudades, sino también los espacios virtuales de las principales redes sociales digitales. Plantones, marchas, velatones y protestas fueron realizadas por grupos de ciudadanos que se oponían a ser vacunados y a otras medidas sanitarias. Con pancartas, megáfonos y hashtags, demandaron el respeto a sus derechos individuales, al tiempo que difundieron mensajes engañosos sobre la seguridad y la efectividad de las vacunas. En un contexto caracterizado por la convergencia de múltiples crisis y la imposición de medidas de emergencia, el mensaje antivacunas se difundió ampliamente, lo que contribuyó tanto a la movilización como al auge del desorden informativo.
Aunque este tipo de agrupaciones se conformaron y movilizaron durante el siglo xx en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, durante la pandemia se expandieron hacia otros países. En tales lugares resonaron con ideologías conservadoras y se articularon con públicos reaccionarios, apoyándose en las tecnologías de la información y la comunicación, y aprovechando el contexto de incertidumbre y de exacerbación del desorden informativo (Chara et al., 2024; Edelsztein & Cormick, 2023; Oliveira et al., 2022; Paz Díaz & Ricaurte, 2024).
El uso de las redes sociales digitales permitió a los escépticos producir, circular y amplificar narrativas y campañas comunicativas contra los programas de vacunación a nivel local, nacional, regional y global (García-Marín & Merino-Ortego, 2022; Herrera-Peco et al., 2021; Ortiz-Sánchez et al., 2020; Smith et al., 2020). Aunque en Colombia la movilización antivacunas ganó una visibilidad pública sin precedentes durante el despliegue del PNV, y fue reportada en los medios de comunicación, hasta el momento no existen investigaciones académicas sobre las actividades comunicativas realizadas por estas agrupaciones.
Utilizando métodos cualitativos (etnografía digital y análisis multimodal y codificado), y con el apoyo de herramientas computacionales, este estudio analizó el desorden informativo alrededor de la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 en Colombia, enfocándose en las actividades de difusión del colectivo Nuestra Verdad (NV)1 en Twitter (X) e Instagram, durante el despliegue del PNV. La investigación buscó comprender el uso de las técnicas de engaño utilizadas por estos activistas para construir narrativas multimodales. Para ello, se interpretaron los significados e intenciones que se articularon en ellas. Las preguntas que se buscaron responder fueron las siguientes:
ECOSISTEMAS MEDIÁTICOS EN TIEMPOS DE CRISIS
Auge del desorden informativo
El desorden informativo se refiere a la difusión de misinformación (‘información falsa, pero sin intención de dañar’), desinformación (‘información deliberadamente falsa y con intención de causar daño’) y malinformación (‘información verdadera utilizada de forma dañina’) en los ecosistemas mediáticos (Wardle & Derakhshan, 2017).
Este desorden se intensifica durante las crisis —sanitarias, políticas o medioambientales—, porque la incertidumbre, el miedo y la urgencia crean un terreno fértil para que la información problemática se propague rápidamente (Pino Uribe et al., 2024; Smith et al., 2020). De igual modo, durante los periodos de crisis, como la pandemia de COVID-19, la gran demanda de información crea posibilidades para la producción y circulación de narrativas falsas y engañosas, la manipulación de la percepción pública y el debilitamiento de la confianza en las instituciones.
En tal contexto, los grupos, los movimientos y activistas antivacunas desempeñaron un papel central en el incremento de información problemática, utilizando redes sociales, aplicaciones de mensajería y páginas web para difundir publicaciones que ponían en duda el consenso científico sobre la efectividad de la vacunación (García-Marín & Merino-Ortego, 2022; Ortiz-Sánchez et al., 2020; Smith et al., 2020). Este desorden informativo fortaleció y visibilizó a dichas agrupaciones y alimentó la desconfianza pública, lo que generó dudas, especialmente en comunidades con escepticismo preexistente respecto del actuar de los Gobiernos e instituciones sanitarias y países caracterizados por alta polarización (Kerr et al., 2021; Oliveira et al., 2022; Sorell & Butler, 2022; Tarullo & Gamir-Ríos, 2022).
Adicionalmente, la crisis de salud pública se caracterizó también por la circulación sin precedentes de información veraz sobre las vacunas a escala global, nacional y local. No obstante, el flujo rápido, continuo y contradictorio de información de todo tipo y de variada calidad —desde actualizaciones científicas hasta especulaciones y teorías conspirativas— en diferentes idiomas y formatos, y a través de múltiples medios y plataformas, provocó una sobrecarga de información. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) calificó este fenómeno como una infodemia, destacando cómo la abrumadora mezcla de información precisa y engañosa dificultó que las personas encontraran orientación fiable.
La seguridad y la eficacia de las vacunas se convirtió en una de las temáticas con mayor cobertura noticiosa y uno de los principales focos del desorden informativo. El rápido desarrollo de las vacunas por parte de las empresas farmacéuticas, aunque basado en una rigurosa investigación científica, fue recibido con escepticismo, debido a la falta de comprensión pública de los procesos de aprobación de las vacunas y el entendimiento del consenso científico sobre su seguridad (Herrera-Peco et al., 2021; Kotseva et al., 2023; Nuwarda et al., 2022).
Esta debilidad fue aprovechada por activistas antivacunas, quienes difundieron contenidos engañosos y problemáticos con narrativas que iban desde su descalificación por ser precipitadas, experimentales y peligrosas, hasta teorías conspirativas de un nuevo orden mundial y control de la población por parte de la industria farmacéutica y los Gobiernos (Smith et al., 2020). A las temáticas de confianza, tratamientos alternativos, amenaza de enfermedad, eficacia y seguridad identificadas por la OMS en el discurso negacionista (OMS, 2017), se sumaron otras narrativas relacionadas con el control de Gobiernos, las ganancias de las grandes farmacéuticas y la desconfianza hacia los medios de comunicación (Edelsztein & Cormick, 2023; Herrera-Peco et al., 2021; Kotseva et al., 2023).
Según el informe Under the Surface (Smith et al., 2020), basado en un análisis de las narrativas que circularon en redes sociales digitales en inglés, español y francés, el mercado de noticias en torno a las vacunas tuvo importantes lagunas informativas y déficit de datos, lo que fue aprovechado por activistas antivacunas para moldear la percepción pública y visibilizar sus críticas. En un ecosistema mediático, caracterizado por un déficit de datos (situaciones en las que la demanda de información sobre un tema es alta, pero la oferta de información creíble es baja), los escépticos tomaron ventaja (Smith et al., 2020). Dicho déficit creó una oportunidad para que los activistas antivacunas produjeran y difundieran narrativas engañosas sobre la seguridad y la efectividad de las vacunas, presentándose a sí mismos como fuentes alternativas de la verdad.
Desorden informativo en redes sociales
Cuando se habla de desorden informativo, infodemia, infoxicación u otros conceptos, para referirse a la cantidad de información de variada calidad que inunda los ecosistemas digitales, se destaca el papel de las redes sociales. Gracias a la facilidad y a la velocidad con la que los usuarios crean, publican y amplifican contenidos en redes sociales, con pocos controles editoriales y escasa moderación, la propagación de información ha crecido exponencialmente.
Durante la pandemia de COVID-19, el auge del desorden informativo en redes sociales afectó el proceso de vacunación y tuvo un impacto en la gestión de la crisis sanitaria, tanto a escala nacional como global. La abrumadora circulación de información problemática alimentó la resistencia a las vacunas y, en consecuencia, tuvo un efecto directo en el aumento de hospitalizaciones por coronavirus (Nieves-Cuervo et al., 2021). La avalancha de misinformación y desinformación hizo difícil que las personas distinguieran las fuentes creíbles, lo que provocó confusión, miedo y dudas sobre las vacunas. Esto erosionó la confianza en las instituciones sanitarias, en los Gobiernos y en la ciencia; además, retrasó los esfuerzos de vacunación y prolongó la pandemia (OMS, 2020; Pierri et al., 2022).
En la región iberoamericana, por ejemplo, investigaciones enfocadas en la red social Twitter (X) expusieron el uso sistemático de técnicas de engaño para producir y amplificar misinformación y desinformación sobre el origen del virus, los tratamientos alternativos, la eficacia y la seguridad de las vacunas, y teorías conspirativas sobre planes de control de la población (Edelsztein & Cormick, 2023; García-Marín & Merino-Ortego, 2022; Herrera-Peco et al. 2021; Larrondo-Ureta et al., 2021). De forma similar, estudios adelantados en el contexto anglosajón encontraron patrones comunes en la producción y la circulación de estos tipos de información problemática (Smith et al., 2020; Theocharis et al., 2023). En menor medida, algunos investigadores estudiaron el desorden informativo durante la pandemia en otras redes sociales de gran visibilidad pública, como Instagram y Facebook, y hallaron evidencia de tácticas de comunicación similares (Baker & Walsh, 2024; Chara et al., 2024; Moran et al., 2024).
En medio del incremento del desorden informativo, las plataformas de redes sociales, como principales canales de acceso a información durante la pandemia, tomaron medidas para gestionar, regular y controlar la circulación de contenidos (Gillespie, 2018; Rogers, 2023). Por ejemplo, Instagram se centró en eliminar afirmaciones falsas sobre vacunas y tratamientos, añadir etiquetas de advertencia y promover información de las autoridades sanitarias mediante ventanas emergentes y anuncios. Por su parte, Twitter adoptó un enfoque más moderado al principio, pues etiquetó los tuits engañosos y redujo su alcance en lugar de eliminarlos directamente, aunque más tarde intensificó las medidas mediante la suspensión de los infractores reincidentes.
El impacto de estas políticas varió: la eliminación proactiva de Instagram redujo la visibilidad de los contenidos engañosos, pero se enfrentó a críticas por exceso de censura; mientras que el enfoque de Twitter permitió una mayor discusión, pero posibilitó una exposición prolongada a la desinformación antes de que se tomaran medidas más contundentes (Hong et al., 2023).
Pese a que las plataformas endurecieron sus políticas de moderación de contenidos, los grupos antivacunas supieron sortearlas y mantuvieron la producción y circulación de desinformación, misinformación y malinformación en diferentes plataformas, principalmente las aplicaciones de mensajería.
La situación colombiana
En Colombia, la pandemia se caracterizó por la yuxtaposición de crisis económicas, sociales, políticas y de salud, en un contexto marcado por profundas desigualdades estructurales: el posconflicto (implementación del Acuerdo de Paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Estado colombiano) y las medidas de emergencia adoptadas por el Gobierno de Iván Duque (2018-2022).
Pocos días después de que los primeros casos de contagio por SARS-CoV-2 fueran confirmados, y un día después de que la OMS declarara al COVID-19 una pandemia, el presidente Duque declaró la emergencia sanitaria el 12 de marzo del 2020. Cinco días después, declaró el estado nacional de emergencia económica, social y ecológica para la expedición de decretos.
Durante el estado de emergencia, que se extendería por más de 840 días, hasta el 30 de junio del 2022, el Gobierno emitió sucesivas medidas para regular y restringir la movilidad y las actividades de los ciudadanos (confinamiento o aislamiento preventivo obligatorio), impulsar la vacunación contra el COVID-19 y contener las protestas (declaración de asistencia militar). Aunque estas medidas permitieron que el Gobierno sorteara las múltiples crisis, su imposición por medio de decretos presidenciales y la falta de diálogo y concertación con diferentes sectores sociales fue motivo de críticas. En un contexto caracterizado por la restricción de los derechos ciudadanos y la exacerbación de las desigualdades, la oposición al Gobierno y el descontento social se incrementaron durante el transcurso de la pandemia y desembocaron en protestas y movilizaciones sociopolíticas durante el 2020 y el 2021.
Entre las medidas relacionadas con la vacunación contra el COVID-19, se destacaron la adopción del PNV, la expedición del carné de vacunación y el desarrollo de MiVacuna COVID19. El PNV inició el 17 de febrero del 2021, casi un año después de la declaración de emergencia sanitaria, con el objetivo de vacunar al 70 % de la población colombiana (35,7 millones) durante ese año, y alcanzar la inmunidad de rebaño por medio de un enfoque diferencial e inclusivo. El PNV se implementó en varias etapas y estableció el procedimiento para la vacunación, el uso de emergencia de diversas vacunas (Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Moderna y Sinovac), así como las responsabilidades y otras estrategias de vigilancia, seguridad y comunicaciones. Adicionalmente, el Ministerio de Salud y Protección Social emitió carnés de vacunación físicos y digitales para registrar la información de la aplicación de las vacunas y acreditar la condición de vacunados de los ciudadanos. Asimismo, desarrolló el aplicativo MiVacuna COVID19 para publicar información referente al PNV, los criterios de priorización, el consentimiento informado, la postulación para recibir la vacuna y la descarga del certificado de vacunación.
Aunque el PNV avanzó con la vacunación de 32 995 917 personas, con al menos una dosis durante el 2021, tan solo el 58,5 % de la población completó el esquema de vacunación para finales del 2022, por debajo de la meta del Gobierno (Ministerio de Salud y Protección Social, s. f., 2022). Además, confrontó varios desafíos durante su implementación, entre los cuales se destacó el aumento del desorden informativo sobre el COVID-19 y la efectividad de las vacunas, y la reticencia a vacunarse por una parte de la población.
Al inicio de la implementación del PNV, cuando se había asegurado la disponibilidad de las vacunas, los ciudadanos llevaban más de un año inmersos en un entorno mediático cargado de desconfianza hacia las instituciones, los medios y las empresas farmacéuticas, y de sentimientos asociados al miedo. Los medios masivos publicaron noticias y reportajes con alarmismo excesivo, difusión de información no verificada, falta de contextualización de la información publicada y fomentaron la psicosis del miedo a través de imágenes (Vaca et al., 2024).
Como lo reveló el estudio de Chaparro & Castañeda (2021), la falta de interés en recibir la vacuna contra el coronavirus aumentó del 27 % en julio al 40 % en diciembre del 2020 en Colombia. Esto ocurrió debido a la creencia de que la vacuna era insegura y a las dudas sobre su efectividad. De igual modo, en redes sociales, las publicaciones realizadas por usuarios se caracterizaron por la amplificación de sentimientos negativos asociados particularmente al miedo y a la ira (Rodríguez-Orejuela et al., 2022).
MÉTODOS
Este artículo se basa en una etnografía digital realizada durante veintitrés meses sobre el colectivo NV y sus líderes, mediante el seguimiento y análisis de sus perfiles y publicaciones en Instagram y Twitter (X), donde, de forma sistemática, difundieron información problemática sobre la seguridad y la efectividad de las vacunas. La etnografía digital es un enfoque de investigación cualitativa útil para estudiar la cultura y comunicación en línea, así como las prácticas fuera de línea que son moldeadas por la digitalización, con el objetivo de proporcionar descripciones detalladas y profundas de la vida cotidiana, la construcción de significado y las relaciones de poder (Pink et al., 2016; Varis, 2016). Asimismo, este enfoque permite comprender cómo las personas construyen significados e identidades en entornos digitales, y cómo interactúan, difunden información y participan en el activismo.
Aunque en un principio se hizo el seguimiento de más de treinta perfiles de usuarios escépticos en Colombia, se decidió que el foco sería el colectivo NV, debido al papel protagónico que desempeñó en los espacios públicos, al organizar movilizaciones, y a la atención que recibieron tanto en medios tradicionales como en medios digitales, lo que visibilizó la causa antivacuna. Los líderes y fundadores de esta agrupación (creada en el 2021) son pastores cristianos y evangélicos con trayectorias políticas reconocidas y afiliación a partidos de orientación conservadora.
Los datos de esta investigación fueron recolectados desde febrero del 2021, cuando inició el PNV, hasta diciembre del 2022. El estudio se concentró en las plataformas Twitter (X) e Instagram, porque cuentan con visibilidad en la discusión pública, tienen un gran número de usuarios en Colombia y porque sus políticas de moderación de contenidos, a pesar de que fueron modificadas para mitigar el desorden informativo, permitieron la circulación de información problemática relacionada con la seguridad y la efectividad de las vacunas.
El proceso de recolección se llevó a cabo de forma automatizada y manual. Se combinó el uso de la API 2.0 de Twitter (X) para descargar tuits y metadata, y la observación y el registro manual de los metadatos de las publicaciones en Instagram, en una base de datos diseñada que se implementó utilizando el software abierto Open Refine. Para las publicaciones en Instagram, además, se realizaron capturas de pantalla de estas, las cuales fueron incluidas en la base de datos.
La etnografía digital se combinó con el análisis multimodal a fin de lograr una comprensión más rica y profunda de la actividad comunicativa del colectivo antivacunas, explorando los procesos de construcción de significado. Específicamente, se utilizó el análisis multimodal semiótico social (AMSS) para desentrañar el significado global de los contenidos, teniendo en cuenta tanto la elección y la orquestación de los diferentes recursos semióticos y modos utilizados en las narrativas, como el contexto particular donde fueron difundidas. El AMSS concibe la representación y la comunicación como procesos basados en una multiplicidad de modos o sistemas semióticos, como el verbal (hablado y escrito), el visual (imágenes fijas y en movimiento), el sonoro (música y efectos de sonido), entre otros (Adami, 2016; Jewitt et al., 2016). Este tipo de análisis permitió comprender la dimensión social del significado, su producción, interpretación y circulación, enfatizando la agencia del creador de signos en contextos sociales, culturales e históricos específicos (Adami, 2016).
Se realizó un análisis multimodal de 200 publicaciones (52 tuits y 148 publicaciones en Instagram) sobre la seguridad y efectividad de las vacunas, todas con más de 70 interacciones. Para la selección de tuits, se incluyeron únicamente aquellos que contenían los hashtags #NoVacunaObligatoria, #EfectosSecundarios, #EfectosAdversos o #miocarditis, así como las palabras clave vacuna, vacunación, efectos secundarios y miocarditis. En el caso de Instagram, además de aplicar estos mismos criterios a los textos que acompañan las publicaciones, se eligieron también aquellas imágenes que mostraban simbología de jeringas, instrumentos científicos o personal de salud. El análisis se apoyó en una guía (Tabla 1) para identificar recursos semióticos, modos, orquestación multimodal, tono, intención, contexto, temáticas y significado global de las narrativas. Cada investigador aplicó la guía de manera individual a todas las unidades de la muestra. Posteriormente, los resultados se compararon y discutieron en talleres semanales, con el fin de construir una interpretación conjunta, resolver ambigüedades y dudas, y alcanzar acuerdos en la interpretación.
Tabla 1
Guía para análisis multimodal
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Modos |
¿Cuáles son los diferentes modos utilizados? (verbal, visual, sonoro, etcétera) |
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Recursos semióticos |
¿Cuáles son los recursos semióticos utilizados? (palabras, signos de puntuación, emojis, hashtags, hipervínculos, sonidos, música, elementos visuales y de diseño, etcétera) |
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Orquestación multimodal |
¿Cómo interactúan los diferentes modos y recursos semióticos para crear significado? ¿Cuáles son centrales o dominantes? ¿Cuáles son periféricos? |
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Tono |
¿Qué sentimientos sobresalen en la orquestación multimodal? (rabia, miedo, humor, indignación, etcétera) |
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Intención |
¿Cuál es la intención de la orquestación multimodal? (divulgar, provocar, reivindicar, atacar, etcétera) |
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Contexto |
¿Cuál es el contexto de la publicación? (nacional o internacional, interacciones, comentarios, etcétera) |
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Temáticas |
¿Cuáles son las temáticas que aborda la publicación? (seguridad de vacunas, medidas sanitarias, defensa de derechos, etcétera) |
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Significado global de narrativas |
¿Cuál es el significado global de la publicación? |
Adicionalmente, los investigadores complementaron el análisis multimodal con el codificado de las publicaciones de la muestra. Utilizando una ficha de registro y un libro de códigos, cada investigador codificó todas las unidades de la muestra e identificó las principales técnicas de engaño y las principales orientaciones narrativas. Las categorías del libro de códigos fueron elaboradas por el equipo de investigación y validadas para garantizar la objetividad y la fiabilidad en el codificado. Se realizaron reuniones mensuales para comparar las fichas completadas por cada investigador y resolver las clasificaciones en las que existía desacuerdo.
Para operacionalizar las técnicas de engaño, se construyeron tres categorías con base en tipologías desarrolladas previamente para clasificar contenidos problemáticos. Por ejemplo, Wardle (2019) propuso una tipología de siete tipos para clasificar, de forma matizada, el amplio espectro de contenidos que hacen parte del desorden informativo2. Por su parte, investigadores como Salaverría et al. (2020) y García-Marín y Merino-Ortego (2022) adaptaron esta tipología para el análisis de contenidos problemáticos sobre COVID-19 y la redujeron en cuatro categorías. En esta investigación, se decidió utilizar tres categorías, teniendo en cuenta los procesos de observación etnográfica y análisis multimodal, y luego de realizar pruebas de codificado con las tipologías de Wardle (2019) y García-Marín y Merino-Ortego (2022)3. Las categorías de técnicas de engaño seleccionadas son las siguientes:
Las orientaciones narrativas se codificaron utilizando tres categorías elaboradas de manera inductiva por el equipo de investigación a partir de la observación etnográfica y el análisis multimodal. Estas categorías van más allá de una simple clasificación temática, como las empleadas en varias investigaciones sobre activismo antivacunas en redes sociales (Edelsztein & Cormick, 2023; Herrera-Peco et al., 2021; Kotseva et al., 2023), considerando también la intencionalidad del mensaje y su tono; por ello, se utiliza el término orientación.
En el desarrollo de esta investigación, se tuvieron en cuenta consideraciones éticas para respetar las normas y políticas de privacidad de las redes sociales. Durante los veintitrés meses de trabajo, las cuentas y los perfiles seguidos estuvieron disponibles públicamente, y todas las publicaciones recolectadas y analizadas fueron visibles y accesibles abiertamente.
Dado el carácter activista de la agrupación antivacunas y de sus líderes, sus publicaciones fueron tratadas como mensajes que circularon y fueron visibles para un público amplio en las plataformas digitales. En este sentido, la observación fue periférica, anónima y pasiva, sin interacciones directas con las publicaciones que pudieran tener alguna repercusión en su visibilidad. Sin embargo, en el momento de presentar los resultados de la investigación, hemos decidido utilizar el seudónimo Nuestra Verdad para referirnos a la agrupación, con el fin de no revelar la autoría individual de las publicaciones de sus líderes, sino tratarlas como autoría colectiva. Este aspecto está alineado con las consideraciones éticas de la investigación sobre desorden informativo que evitan dar protagonismo y visibilidad pública a agrupaciones y actores inciviles (Phillips, 2018). Asimismo, constituye una forma de autoprotección para los investigadores. Nuestro análisis es crítico respecto de las técnicas de engaño que alimentan el desorden informativo y que han afectado el proceso de vacunación y de inmunidad colectiva en Colombia; no pretende amplificar la voz de los antivacunas ni presentarlos como censurados o victimizados.
RESULTADOS
Durante la implementación del PNV en Colombia y los meses que siguieron a su finalización, el colectivo NV difundió contenidos problemáticos sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas contra el COVID-19, utilizando las técnicas de contexto falso, contenido manipulado y contenido fabricado. Estas técnicas fueron utilizadas para construir narrativas orientadas a la construcción de identidad antivacunas, manipulación del discurso científico y exacerbación de sentimientos antigubernamentales.
Los resultados del codificado reforzaron los patrones identificados por medio de la observación etnográfica y el análisis multimodal. 198 publicaciones de las 200 de la muestra utilizaron alguna de las tres técnicas de engaño: el contexto falso fue la más utilizada (150). En cuanto a la principal orientación narrativa identificada en las publicaciones, la más utilizada fue la construcción de identidad antivacunas (122), seguida por la exacerbación de sentimientos antigubernamentales (54) y la manipulación del discurso científico (24). A continuación, se explican los significados, intenciones y características formales de estas narrativas de acuerdo con su orientación narrativa.
Manipulación del discurso científico
Consistió en que, por medio de la combinación de recursos semióticos relacionados con la ciencia y la medicina, el colectivo y sus líderes construyeron una narrativa en la que las vacunas contra el COVID-19 son peligrosas, letales y de carácter experimental. Este tipo de narrativas multimodales explotan de forma selectiva la evidencia científica generada durante el desarrollo y la aplicación de las vacunas, particularmente la relacionada con casos raros de efectos adversos, para exagerar sus riesgos y, en ocasiones, vincularlas con teorías conspirativas acerca del control de la población mundial.
En las publicaciones con este tipo de orientación, se suelen desplegar las técnicas de contexto falso y contenido manipulado para presentar los casos aislados de efectos secundarios —sobre todo relacionados con la miocarditis—, extraídos en su mayoría de noticias de prensa y televisión, y de reportes científicos, como si fueran casos comunes y letales. Además, recurren con frecuencia a testimonios de expertos que mencionan los efectos de la vacunación en niños y jóvenes, con el fin de alimentar el pánico moral.
Lo anterior puede ilustrarse en un tuit publicado por NV el 11 de septiembre del 2021, en el que se comparte y comenta un clip de video de una noticia televisada en Estados Unidos (segmento extraído del noticiero Univisión). El video, de cincuenta y siete segundos de duración, inicia con la voz en off de una narradora: “Adolescentes y adultos jóvenes podrían haber desarrollado miocarditis después de haber sido vacunados”. Mientras se escucha la voz en off, imágenes de enfermeras, jeringas, pacientes jóvenes y del edificio institucional del Centers for Disease Control and Prevention son visualizadas rápidamente. La frase Adolescentes desarrollan miocarditis tras la vacuna aparece en letras mayúsculas y color blanco sobrepuesta durante los primeros segundos (no forma parte del contenido original televisado) y se desvanece antes de que aparezca el estudio del noticiero y una pantalla de gran tamaño con una lista de los síntomas asociados a esta enfermedad (Figura 1).
Figura 1
Tuit con videoclip de noticia de televisada sobre miocarditis

Tanto en el audio como en las imágenes del videoclip, no se mencionan cifras ni casos concretos, sino que se limita a enunciar síntomas de la enfermedad. Esto se complementa con el testimonio de un doctor y el de un padre de dos jóvenes, quien afirma estar muy preocupado por el efecto secundario de las vacunas contra el COVID-19 en niños y adolescentes.
En su conjunto, la publicación combina texto, emojis, video, hashtags e hipervínculos para construir una narrativa multimodal que promociona la causa antivacunas y alimenta el pánico moral. El texto, el hashtag y los emojis funcionan para generar alerta sobre el riesgo de la vacuna, resaltando el peligro e invitando a consultar fuentes de información. Luego del hashtag #PELIGRO, aparece el emoji ⚠ dos veces para enfatizar la enfermedad en mayúsculas. Además, se altera la palabra vacunas por vacuna$, para señalar indirectamente la relación de la vacunación con el dinero, es decir, se genera dudas sobre estas al vincularlas con que son un negocio de las grandes empresas farmacéuticas. De igual manera, la primera frase finaliza con ¡Infórmate bien!, lo que enfatiza la intención divulgativa de la publicación y sugiere que la verdad de los efectos de las vacunas contra el COVID-19 es que son peligrosas y letales.
A continuación, se incluyen los hipervínculos y emojis que son una invitación a visitar la página web y el canal de Telegram de NV.
Construcción de identidad antivacunas
Estas publicaciones se caracterizan por presentar un relato en el que los escépticos son definidos en oposición a diferentes adversarios, como el Gobierno, las empresas farmacéuticas, los medios de comunicación masivos, las organizaciones internacionales y la población vacunada.
Por un lado, el relato buscó reposicionar moralmente a los antivacunas como un colectivo bien informado y poseedor de la verdad sobre el peligro de la vacunación, que lucha por la reivindicación de sus derechos ciudadanos en medio de un entorno percibido como hostil y discriminatorio. Por otro lado, el relato buscó movilizar a los escépticos mediante llamados a la acción colectiva (protesta), tanto en espacios públicos urbanos como en entornos digitales, lo que promovió la concientización sobre la falsedad de la seguridad y la eficacia de las vacunas, así como el reclamo a las autoridades gubernamentales.
La publicación en Instagram del 4 de diciembre del 2021, por uno de los líderes de NV, sirve para ilustrar la orquestación multimodal y el despliegue de técnicas de engaño utilizados en las narrativas orientadas a la construcción identitaria. La publicación se compone de diez videoclips de corta duración (de uno a dos minutos) que documentan, en audio e imágenes en movimiento, diferentes protestas antivacunas realizadas en espacios públicos de seis ciudades colombianas (Figura 2).
Figura 2
Post de Instagram que documenta la protesta de los escépticos en espacios públicos urbanos

El texto funciona en varios niveles. Presenta la manifestación y la reivindicación de los derechos de los escépticos de la vacunación, pues sitúa a este grupo de ciudadanos en una posición de discriminación y desigualdad. Adicionalmente, despliega la técnica del falso contexto, pues el texto señala una serie de enfermedades como producto de la aplicación de vacunas contra el COVID-19, sin advertir que son efectos raros y secundarios. También incluye hashtags que funcionan como hipervínculos a discusiones del público antivacunas, en donde abundan teorías de conspiración relacionadas con los planes de un Gobierno autoritario. Asimismo, incorpora hipervínculos a la página web de NV y a sus canales de comunicación en redes sociales. Varios emojis son utilizados para exaltar tanto las emociones y sentimientos de peligro (⚠), oposición (💉, 🚫, 👎), patriotismo y reivindicación de derechos (🇨🇴), así como la posibilidad de informarse y unirse al movimiento (🌐, 📲, 📬).
Los videoclips, por su parte, complementan la narrativa multimodal orientada a la construcción de la identidad, pues ofrecen evidencia de la movilización ciudadana desde el punto de vista de los manifestantes y representan —tanto en el modo visual, a través de las pancartas que llevan los manifestantes (Figura 3), como en el audio de las voces— mensajes antivacunas. Varios de estos carteles mencionan la defensa de los derechos y el carácter experimental de las vacunas; por ejemplo, en los enunciados como Sí es un experimento: miocarditis y Nuestros niños no son conejillos de indias. No a la experimentación, se refieren narrativas que, mediante el uso de técnicas de contenido fabricado y contenido manipulado, equiparan la aplicación de las vacunas a un experimento adelantado por Gobiernos y empresas farmacéuticas.
Figura 3
Imágenes de manifestantes con pancartas en los videoclips de una publicación de NV

El audio de los videoclips tiene la particularidad de ser un registro directo de las manifestaciones, en el que se mezcla el ruido de pitos e instrumentos musicales, con voces individuales y colectivas que reclaman derechos ciudadanos. Mientras consignas como “¡Libertad! ¡Libertad!”, “¡Dignidad! ¡Dignidad!” y “Medios de comunicación, no más manipulación” se escuchan en coro, otras arengas son pronunciadas individualmente. La oralidad presente en estos mensajes funciona en la narrativa multimodal para posicionar con una fuerte carga emotiva las demandas y críticas a las medidas del Gobierno, al PNV y a la información divulgada por los medios de comunicación masiva.
La narrativa de esta publicación se caracteriza por la orquestación multimodal con intención divulgativa (legalidad, obligatoriedad, efectos secundarios) y reivindicativa (derechos, defensa de la libertad). Al igual que otras publicaciones con este tipo de orientación narrativa, la interacción entre modos y recursos funcionó tanto para visibilizar como para organizar las manifestaciones que se llevaron a cabo en diferentes ciudades colombianas y en plataformas digitales.
Exacerbación de sentimientos antigubernamentales
Este tipo de narrativas cuestiona las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno, empleando principalmente recursos semióticos de carácter político para construir el argumento de que, detrás de las vacunas y el PNV, se oculta un proyecto global orientado no solo manipular a la población, sino a exterminarla.
Las publicaciones estuvieron acompañadas de frases y hashtags referidos a la plandemia4 (#AntiPlandemia) y al nuevo orden mundial (#AntiNOM), es decir, a teorías conspirativas sobre el supuesto plan de control que hay detrás de la pandemia. También se aludió a la dictadura sanitaria (#DictaduraSanitaria), entendida como la creencia de que, bajo el pretexto de la salud pública, los Gobiernos implementaron normas y prácticas propias de las dictaduras. Finalmente, se hizo referencia al genocidio (#Genocidio), para vincular las medidas sanitarias a una política deshumanizadora de exterminio. Entonces, mediante el uso de diferentes técnicas de engaño, principalmente el contenido manipulado y el contenido fabricado, con ataques directos al Gobierno y exacerbando los sentimientos de peligro y miedo, las narrativas multimodales con este tipo de orientación fueron producidas y difundidas para la provocación y el shock.
Uno de los líderes de NV fue el principal propagador de este tipo de narrativas a través de su cuenta de Twitter (X). En muchos de sus tuits, durante el periodo observado, se denunció el plan político global detrás de la pandemia y la vacunación, y se atacó directamente al Gobierno y a las instituciones sanitarias nacionales e internacionales. Haciendo uso de imágenes, videos, noticias y documentos descontextualizados de autoridades gubernamentales y sanitarias, y por medio de textos con tono alarmista, desafiante y combativo, se elaboraron relatos que apelaban al plan orquestado por la OMS, institución a la que se insultaba constantemente, y al Gobierno colombiano por imponer la vacunación.
En una publicación en Instagram, del 27 de octubre del 2021, otro líder del colectivo vuelve a publicar la imagen de un tuit del líder anteriormente mencionado, en la que se asocia el carné de vacunación colombiano a una política hitleriana, haciendo referencia al líder del partido nazi en Alemania (Figura 4).
Figura 4
Crossposting de un tuit en Instagram

En la Figura 4, se visualiza una noticia publicada por el periódico El Tiempo, en donde figura el ministro de Salud colombiano junto al titular “Carné electrónico para vacunados”. El texto que la acompaña califica la medida sanitaria del carné de vacunación como una política fascista y deshumanizadora, y finaliza con un llamado a la acción.
En el comentario de la publicación de Instagram, se incluyeron los hashtags #DictaduraSanitaria y #Vakuna$Transgénicas, asociados a teorías conspirativas; #Invima, relacionado con la institución sanitaria encargada de regular las vacunas en Colombia; y también hashtags vinculados con términos científicos sobre los efectos secundarios (#EfectosAdversos y #MiocarditisPeriocarditis).
La combinación de los diferentes recursos semióticos presentes en esta publicación ejemplifica la intención provocadora y de impacto de las narrativas con esta orientación, que recurren a ataques directos al Gobierno nacional y lo vinculan con teorías conspirativas de alcance global. Asimismo, esta publicación revela la recirculación entre plataformas de las narrativas antivacunas, como táctica para eludir la moderación de contenidos y maximizar la visibilidad y propagación de los mensajes en diversas redes sociales digitales.
DISCUSIÓN
Al producir y circular narrativas multimodales sobre la efectividad y la seguridad de vacunas aplicando técnicas de desorden informativo, el colectivo NV y sus líderes generaron lo que algunos investigadores han denominado como enlodamiento de las aguas (muddy the waters) (Durán & Lawrence, 2021); es decir, inundar el ecosistema mediático con argumentos y relatos sobre una temática en particular para confundir y desorientar al público. En el caso de la seguridad y la efectividad de las vacunas contra el COVID-19, a pesar del consenso científico sobre su uso y de la necesidad de su aplicación para obtener la inmunidad colectiva de la población, el tema fue inundado con la propagación de desinformación, misinformación y malinformación. Al revolver las aguas y generar confusión sobre esta temática, el colectivo antivacunas socavó los fundamentos de las medidas de salud pública adoptadas por el Gobierno, al priorizar los derechos y la autonomía personal sobre el bienestar colectivo, la empatía y la solidaridad social.
Dada la trayectoria de participación política de los líderes de NV en partidos de corte conservador y su vinculación con la Iglesia cristiano-evangélica, la desorientación y la confusión generadas por la propagación de sus narrativas multimodales encontraron eco en audiencias con ideologías y creencias afines, que interactuaron con sus publicaciones de Twitter (X) e Instagram mediante comentarios, “me gusta” y recirculación de contenidos. Aunque el número de interacciones fue bajo (menos de 200), su existencia revela que las publicaciones del colectivo antivacunas hallaron una audiencia que las recibió, circuló y comentó.
La comunicación multimodal fue sistemáticamente desplegada por la agrupación NV en un entorno digital que tiende a visibilizar contenidos que combinan múltiples recursos semióticos. Tanto por la mediación de los algoritmos de las plataformas como por las prácticas de los usuarios, el contenido multimodal es más visible en Twitter (X) e Instagram, porque combina texto, imagen o audio, logra captar la atención de los usuarios rápidamente y favorece la interacción en entornos dominados por el consumo visual.
De forma similar a como lo han evidenciado otras investigaciones sobre activismo antivacunas, los resultados de esta investigación confirman que la multimodalidad fue efectiva para aplicar técnicas de desorden informativo y para construir la identidad del movimiento antivacunas (Baker & Walsh, 2024; Paz Díaz & Ricaurte, 2024). Una de las principales razones de su efectividad es que la información problemática construida mediante múltiples modos semánticos evoca respuestas emocionales más intensas que el texto escrito y tiende a percibirse como si fuera confiable debido a su mayor riqueza semiótica. Esto se debe a que la orquestación de múltiples recursos semióticos puede generar sobrecarga cognitiva, lo que dificulta la evaluación de la calidad de la información y el escrutinio de la veracidad del mensaje. En este sentido, puede decirse que el uso estratégico de la multimodalidad potencia el despliegue de técnicas de engaño, lo que intensifica el desorden informativo.
Aprovechando las funcionalidades de Twitter (X) e Instagram, los escépticos colombianos combinaron selectivamente textos, imágenes, videos, emojis, hashtags, textos de noticias, reportes y testimonios e hipervínculos para crear narrativas multimodales engañosas y recargadas emocionalmente, y para exagerar los riesgos y el peligro. El uso estratégico de múltiples hashtags —por ejemplo, #AntiPlandemia, #AntiNOM, #DictaduraSanitaria, #Genocidio—, hipervínculos —páginas web de agrupaciones antivacunas, canales en redes sociales alternativas como Telegram—, de letras mayúsculas, de emojis y del crossposting de imágenes de las publicaciones contribuyó a aumentar la visibilidad, a eludir la moderación de contenidos y a vincular las narrativas al ecosistema de misinformación y desinformación de los movimientos antivacunas regionales y globales.
El uso de emojis simplificó la información compleja sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas, a la vez que intensificó las emociones individuales. Además, algunos emojis —como peligro (⚠), vehículo de emergencia (🚨), corazón roto (💔), entre otros— enfatizaron los sentimientos de miedo y alarma, mientras que otros —como fuerza (💪🏻) y antivacunas (💉🚫)— exaltaron el sentido combativo y de resistencia de los escépticos respecto de la vacunación.
La miocarditis emergió como un elemento articulador en la mayoría de las publicaciones que la agrupación colombiana difundió sobre la seguridad de las vacunas, otorgándoles una cierta coherencia de tinte científico. Además, fue representada a través de diferentes recursos semióticos (palabras, hashtags, emojis) y se consolidó como un eje central de las narrativas multimodales difundidas por NV.
Al igual que lo hicieron activistas antivacunas de otras latitudes (Kotseva et al., 2023), el colectivo NV abordó una de las preocupaciones más profundas de los seres humanos (el cuerpo y la salud cardiaca), apeló al miedo de los padres sobre la vacunación de niños y adultos jóvenes, y mezcló la enfermedad tanto en el relato de resistencia y reivindicación de derechos individuales como en las teorías conspirativas de control social, reducción de la población y nuevo orden mundial.
CONCLUSIONES
Las publicaciones del colectivo NV en Twitter (X) e Instagram durante el despliegue del PNV en Colombia contribuyeron al desorden informativo sobre la seguridad y la efectividad de las vacunas contra el COVID-19. Estas publicaciones son narrativas multimodales que, en su mayoría, utilizan el contexto falso, el contenido manipulado y el contenido fabricado como principales técnicas de engaño. De forma similar, tal como lo hicieron otros movimientos y agrupaciones antivacunas en otros países durante la pandemia, el colectivo NV desplegó estas técnicas con fines políticos y propagandísticos para alimentar la incertidumbre, la desconfianza y el miedo sobre el proceso de vacunación, con lo que logró capturar la atención pública y movilizar a ciudadanos escépticos respecto de la vacunación en Colombia.
El análisis ha revelado que las narrativas multimodales difundidas por NV se caracterizan por estar orientadas a la manipulación del discurso científico, la construcción de identidad antivacunas y la exacerbación de sentimientos antigubernamentales. La primera orquesta recursos semióticos asociados a la ciencia, tales como terminología médica, gráficas, reportes de investigación, noticias sobre casos de enfermedades graves, testimonios de expertos, y tiene una intencionalidad divulgativa. En contraste, las narrativas orientadas a la construcción de identidad y a la exacerbación de sentimientos antigubernamentales se caracterizan por el uso de recursos semióticos asociados a la política, tales como terminología de derechos ciudadanos, documentos institucionales relacionados con las medidas de emergencia e imágenes de noticias y apariciones de las autoridades gubernamentales en medios de comunicación. Mientras las narrativas orientadas a la construcción de identidad tienen una intencionalidad reivindicativa, las de exacerbación de sentimientos antigubernamentales enfatizan la provocación y aluden a teorías de conspiración.
En el contexto colombiano, marcado por múltiples crisis y polarización política, la implementación de medidas sanitarias de emergencia con escasa deliberación democrática, junto con la existencia de un déficit de datos sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas, favoreció el activismo antivacunas promovido por el colectivo NV. En este ambiente, NV encontró un escenario propicio para “revolver las aguas” en las redes sociales y “pescar” seguidores y simpatizantes en un “río revuelto”, apalancándose en la vinculación de sus líderes con iglesias cristianas y partidos de orientación conservadora, así como su posición de poder como figuras públicas con trayectoria política.
Por medio de la comunicación multimodal, la agrupación creó un ecosistema afectivo, interactivo y visualmente atractivo, el cual reforzó su causa, exaltó las emociones individuales y se conectó con las narrativas difundidas por agrupaciones antivacunas de otros contextos. De igual manera, la orquestación de múltiples modos y de recursos semióticos en las publicaciones en Twitter (X) e Instagram, particularmente, funcionó para exaltar las emociones de miedo, peligro, alarma y combatividad, capturar la atención y desplegar las técnicas de engaño de forma efectiva. Por último, la multimodalidad permitió que el colectivo NV construyera y propagara narrativas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas utilizando recursos semióticos usualmente utilizados en el discurso científico y médico, incluso sin contar con experticia en estas áreas del conocimiento, otorgando a sus publicaciones una apariencia científica y dificultando su evaluación por parte del público en general.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Esta investigación presenta varias limitaciones y pistas para futuros estudios. En primer lugar, el enfoque cualitativo de este estudio exige cautela a la hora de generalizar las conclusiones sobre las técnicas de engaño y orientaciones narrativas utilizadas por los escépticos respecto de la vacunación y por los activistas en Colombia. Si bien el colectivo NV y sus líderes fueron los más visibles en el espacio público, otros influenciadores y supuestos expertos aprovecharon el contexto de crisis para propagar información problemática. Futuros estudios deberían considerar observar y analizar las actividades de otros activistas antivacunas para entender cómo participan en el desorden informativo.
En segundo lugar, este estudio se limita a la observación y al análisis cualitativo de las publicaciones de un colectivo en dos redes sociales digitales de alta visibilidad pública. No obstante, las actividades comunicativas de esta agrupación se adelantaron también en otras redes sociales —como YouTube y Facebook—, donde fueron censuradas por violar las normas de comunidad y políticas de moderación; así como en otras plataformas con bajos niveles de moderación —como Telegram y Gab—. Futuras investigaciones deberían incluir las actividades en esas plataformas digitales para entender si las técnicas de engaño, orientaciones narrativas y multimodalidad son desplegadas de forma similar.
En tercer lugar, aunque en la discusión hemos resaltado las conexiones entre las narrativas propagadas por NV y el movimiento antivacunas de alcance global, es necesario desarrollar estudios comparativos que permitan identificar los patrones comunes entre activistas de distintos países y evidenciar sus relaciones e intercambios. Futuras investigaciones pueden analizar de forma comparada y con métodos mixtos las narrativas multimodales que las agrupaciones antivacunas de la región iberoamericana han propagado en plataformas digitales y mapear las redes que han conformado.
APOYOS
El estudio es parte del proyecto “Infodemiología sobre la vacunación contra COVID-19 en localidades de la ciudad de Bogotá”, financiado por la Agencia Distrital para la Educación Superior, la Ciencia y la Tecnología (Atenea).
CÓDIGO DE ÉTICA
En el desarrollo de esta investigación tuvimos en cuenta consideraciones éticas para respetar las normas y políticas de privacidad de las redes sociales y de los usuarios que seguimos durante los veintitrés meses de observación etnográfica. Las cuentas y perfiles que seguimos estuvieron disponibles públicamente, y las publicaciones que recolectamos y analizamos fueron visibles y accesibles abiertamente en la web. Dado el carácter activista y político del colectivo antivacunas y de sus líderes, tratamos sus publicaciones como mensajes públicos que circularon y fueron visibles para un público amplio en las plataformas digitales. Al reportar los resultados de esta investigación hemos tratado las publicaciones como autoría colectiva y hemos seudonomizado el nombre del colectivo para evitar dar protagonismo y visibilidad pública a agrupaciones y actores inciviles.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORES
Conceptualización, A. L. B.; curación de datos, A. L. B. y D. A.; análisis formal, A. L. B., D. G. y D. A; investigación, A. L. B., D. G. y D. A.; metodología, A. L. B.; administración del proyecto, A. L. B. y D. G.; supervisión, A. L. B. y D. G.; redacción (preparación del borrador original), A. L. B., D. G. y D. A; escritura (revisión y edición), A. L. B., D. G. y D. A.
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1 Hemos decidido utilizar el seudónimo Nuestra Verdad, con el fin de no revelar la autoría individual de las publicaciones, sino tratarlas como autoría colectiva.
2 Las siete categorías son sátira o parodia, conexión falsa, contenido engañoso, contexto falso, contenido impostor, contenido manipulado y contenido fabricado. Estos tipos de desorden informativo varían de acuerdo con la intencionalidad de causar daño (cubriendo un espectro que va de bajo a mucho daño) (Wardle, 2019).
3 Las pruebas incluyeron la codificación de cincuenta publicaciones de la muestra, escogidas aleatoriamente por cada miembro del equipo de investigación y la comparación y discusión de los resultados en grupo.
4 El término plandemia (plandemic en inglés) se popularizó mediante un video producido por dos reconocidos antivacunas en Estados Unidos (Mikki Willis y Judy Mikovits). Este video circuló en YouTube, Facebook y Vimeo en mayo del 2020. En este se argumentó que la pandemia había sido planeada, que las vacunas eran dañinas y otra serie de falacias acerca del COVID-19. El video se volvió viral y tuvo millones de vistas antes de ser eliminado de las redes sociales.