Tráiler conceptual
transnacionalismo diaspórico

Dra. Jessica Retis

https://orcid.org/0000-0003-0665-9837

Universidad de Arizona, Estados Unidos

jessicaretis@arizona.edu

Recibido: 2 de septiembre del 2024 / Aceptado: 10 de septiembre del 2024

doi: https://doi.org/10.26439/contratexto2024.n42.7431

RESUMEN. Este tráiler conceptual reflexiona en torno a cómo los conceptos de diáspora y transnacionalismo han servido como lentes de investigación prominentes para observar las migraciones contemporáneas. Aunque el término diáspora se refiere a una comunidad o grupo y ha sido ampliamente utilizado en la historia y los estudios literarios, un concepto como transnacionalismo –y espacios, campos y formaciones transnacionales– se refiere a procesos que trascienden las fronteras internacionales y, por lo tanto, parecen describir fenómenos más abstractos en un lenguaje de ciencias sociales. Este aparataje teórico y conceptual puede servir de base para analizar y comprender los transnacionalismos diaspóricos latinoamericanos desde una perspectiva comunicacional.

PALABRAS CLAVE: diásporas / transnacionalismo / transnacionalismo diaspórico / migraciones y medios / migraciones latinoamericanas

DIASPORIC TRANSNATIONALISM

ABSTRACT. This conceptual trailer reflects on how the concepts of diaspora and transnationalism have served as prominent research lenses through which to observe contemporary migrations. While the term “diaspora” refers to a community or group and has been widely used in history and literary studies, concepts such as transnationalism – along with transnational spaces, fields, and formations – refer to processes that transcend international borders and thus seem to describe more abstract phenomena in the language of social sciences. This theoretical and conceptual framework can serve as a foundation for analyzing and understanding Latin American diasporic transnationalisms from a communication perspective as well.

KEYWORDS: diasporas / transnationalism / diasporic transnationalism / migrations and media / Latin American migrations

TRANSNACIONALISMO DIASPÓRICO

RESUMO. Este trailer conceitual reflete sobre como os conceitos de diáspora e transnacionalismo têm servido como lentes de pesquisa proeminentes através das quais se observam as migrações contemporâneas. Embora o termo “diáspora” se refira a uma comunidade ou grupo e tenha sido amplamente utilizado nos estudos históricos e literários, conceitos como transnacionalismo – e espaços, campos e formações transnacionais – referem-se a processos que transcendem as fronteiras internacionais e, portanto, parecem descrever fenômenos mais abstratos em uma linguagem das ciências sociais. Esse arcabouço teórico e conceitual pode servir como base para analisar e compreender os transnacionalismos diaspóricos latino-americanos também sob uma perspectiva comunicacional.

PALAVRAS-CHAVE: diásporas / transnacionalismo / transnacionalismo diaspórico / migrações e mídia / migrações latino-americanas

INTRODUCCIÓN

El estudio de las migraciones latinoamericanas y los medios de comunicación requiere perspectivas interdisciplinarias que nos ayuden a comprender las dinámicas hegemónicas y subalternas en torno a los flujos de capital, flujos de población y flujos de medios (Pellegrino, 2003; Portes, 2017; Sassen, 1988; Thussu, 2007). La economía política nos ayuda a examinar cómo la brecha de ingresos y los ciclos macroeconómicos influyen en la dimensión y la dirección de los flujos migratorios, mientras que las crecientes desigualdades y asimetrías de la economía global conducen a la oferta laboral constante de trabajadores internacionales (Martínez, 2008; Sassen, 2001; Solimano & Watts, 2005). La confluencia de las teorías de las migraciones y de los estudios de medios nos brinda herramientas para componer el aparataje conceptual que nos permita examinar y comprender los movimientos de población y sus circuitos de comunicación e información en la era posdigital. Recientemente, el crecimiento exponencial del internet y las redes sociales ha demandado incorporar perspectivas interdisciplinarias que analicen el impacto crítico que ha tenido en las nuevas reconfiguraciones de los paisajes etnomediáticos, así como los flujos y contraflujos mediáticos (Appadurai, 1996; Georgiou y Silverstone, 2007; Thussu, 2007). En este artículo, se centra la reflexión en la confluencia de los conceptos de diáspora y transnacionalismo y cómo se han incorporado para enriquecer el análisis mediático.

Diásporas, medios y cultura

En el 2019, luego de tres años de trabajo colectivo, y con la contribución de medio centenar de académicos e investigadores de todo el mundo, produjimos un compendio que buscaba aportar al estado del arte sobre diásporas, medios y cultura (Retis & Tsagarousianou, 2019). En la introducción de este artículo, explicamos cómo después de su aparición, en la década de 1980, el término diáspora fue ocupando un lugar destacado en numerosos estudios y en debates teóricos en distintos campos, principalmente en los interdisciplinarios —como los estudios culturales y de medios—, los estudios poscoloniales y los estudios de área. Asimismo, el término se introdujo en los discursos de las ciencias sociales y de las humanidades y se abrió paso en campos más consolidados como la política, la sociología, las relaciones internacionales, la crítica literaria y la antropología social (Tsagarousianou & Retis, 2019). Añadimos cómo la popularidad del término no fue solo una moda, sino parte de una necesidad de los académicos de explorar nuevas dimensiones de la movilidad humana y la conectividad que no se abordaban adecuadamente mediante el uso de marcos conceptuales con historias y connotaciones particulares (Tsagarousianou, 2004). Además, se buscó vincular los fenómenos asociados a la dispersión humana con teorías más amplias relacionadas con el estudio de la globalización, la posmodernidad o el poscolonialismo (Beck, 2002; Cohen, 2008).

A menudo, el término diáspora se ha utilizado de forma descriptiva para referirse acríticamente a diversos fenómenos asociados con la movilidad humana. Además de esta laxitud terminológica, las conceptualizaciones de la diáspora han sido parciales y, no pocas veces, no se han integrado en marcos teóricos pertinentes que brindarían profundidad, utilidad teórica y aumentarían la utilidad crítica del concepto (Tsagarousianou & Retis, 2019). A pesar de que diáspora se ha convertido en una de las palabras de moda de la posmodernidad (Cohen, 2008), en algunos casos, su uso no agrega ningún valor a los intentos de comprender mejor los fenómenos complejos que se pretende describir y explorar.

Del mismo modo, la agenda de cualquier intento de teorizar la diáspora y, por extensión, de hablar de las culturas diaspóricas es compleja y extensa. Por ello, es necesario plantear preguntas sobre los significados particulares, si los hay, que asume la diáspora en las constelaciones políticas y teóricas de las que ha sido parte durante su rápido ascenso al universo de los discursos de las ciencias sociales y de las humanidades. Entonces, es necesario explorar las múltiples formas en las que el debate sobre las diásporas y su concepto convergen con los debates contemporáneos más amplios sobre la globalización y la modernidad tardía (Tsagarousianou & Retis, 2019). Cabe mencionar que tal examen implica una búsqueda de las intersecciones entre una teoría de la globalización o del transnacionalismo y el estudio de las culturas diaspóricas. Esto requiere pensar en términos de flujos transnacionales y globales y situar a las culturas diaspóricas en su seno, las que se entienden en su relación con los complejos paisajes étnicos, financieros, mediáticos, tecnológicos e ideológicos que conforman el terreno global y las redes que los pueblan (Appadurai, 1996).

La intersección de la compleja conectividad que sustenta el campo transnacional y de los procesos de reinvención y reconstrucción cultural que la condición diaspórica pone en marcha hace que las tecnologías mediáticas y los medios diaspóricos sean factores cruciales en la reproducción y transformación de las identidades diaspóricas y de las diásporas en general (Tsagarousianou & Retis, 2019). En este contexto, la literatura sobre el uso de los medios de comunicación por parte de la diáspora ha clarificado la producción de información culturalmente relevante y localmente vital para los inmigrantes en la sociedad de acogida (Yin, 2015); la apertura de espacios para un discurso autorreflexivo entre los migrantes (Bozdag et al., 2012); los procesos de refuerzo de las identidades y el sentido de pertenencia (Georgiou, 2006; Tsagarousianou, 2004); la (re)creación de espacio(s) alternativo(s) junto a mapeos existentes (Diminescu, 2008; Karim, 2003; Nedelcu, 2012); y la construcción de una esfera pública multiétnica (Husband, 2000).

Por otro lado, Bruneau (2010) sugiere que los territorios de la diáspora podrían evaluarse por etapas. Primero, en el país de acogida, donde el vínculo comunitario desempeña un papel esencial. Segundo, en el país o territorio de origen —un polo de atracción— a través de la memoria. Finalmente, a través del sistema de relaciones dentro del espacio en red que conecta estos diferentes polos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el término diáspora suele desempeñar un papel metafórico y no instrumental. Además, los diferentes criterios sugeridos por la mayoría de los autores (Cohen 1999, 2019; Sheffer 2003) pueden reducirse a seis esenciales que se centran en la dispersión bajo presión, la elección del destino, la conciencia de la identidad, el espacio en red, la duración de los vínculos transnacionales y la autonomía relativa de las sociedades de acogida y de origen.

El enfoque transnacional

Tal como señala Faist (2010), los conceptos de diáspora y transnacionalismo han servido como lentes de investigación prominentes que permiten observar las consecuencias de la migración internacional y el desplazamiento de las fronteras estatales entre poblaciones. La investigación ha buscado delinear el origen y reproducción de las formaciones sociales transnacionales, así como los contextos macrosociales particulares en los que han operado estas formaciones sociales transfronterizas, como la globalización y el multiculturalismo. Aunque ambos términos se refieren a procesos transfronterizos, diáspora se ha utilizado a menudo para denotar grupos religiosos o nacionales que viven fuera de una patria (imaginaria), mientras que transnacionalismo se ha utilizado de manera más restringida (para referirse a los vínculos duraderos de los migrantes a través de los países) y, de manera más amplia, para abarcar no solo comunidades, sino todo tipo de formaciones sociales, como redes, grupos y organizaciones transnacionalmente activas. Además,

aunque diáspora y transnacionalismo a veces se utilizan indistintamente, los dos términos reflejan diferentes genealogías intelectuales. El resurgimiento de la noción de diáspora y el advenimiento de enfoques transnacionales pueden utilizarse productivamente para estudiar cuestiones centrales del cambio y la transformación social y política. (Faist, 2010, p. 9)

En un intento de romper con el nacionalismo metodológico e integrar el análisis, tanto del contexto de partida como de llegada en los movimientos migratorios, los estudios críticos dieron la bienvenida al advenimiento del transnacionalismo en los años noventa (Smith & Guarnizo, 1998). Esto debido a que la perspectiva transnacional sobre las actividades de los migrantes ha permitido a los científicos sociales ver las formas en que están cambiando algunas sinergias (Vertovec, 2004). Por ejemplo, como señalaron Levitt y Glick-Schiller (2004), este enfoque permite distinguir entre formas de ser y formas de pertenencia y entender que la asimilación y los vínculos transnacionales duraderos no son incompatibles ni opuestos binarios. Además, ayuda a destacar los procesos e instituciones sociales que suelen quedar oscurecidos por la investigación tradicional, pero, lo que es más importante, nos permite repensar y reformular el concepto de sociedad de modo que ya no se equipare automáticamente con los límites de un único estado nación.

En relación con lo anterior, como señala Faist (2000a), el incremento de la movilidad de las personas a través de las fronteras ha devenido en la conformación de diásporas o comunidades transnacionales que constituyen sinergias que traspasan límites geográficos que establecen, reinventan y consolidan vínculos con sus países de origen, lo que genera fuertes impactos en el devenir de los Estados nación tradicionalmente estructurados. Estos impactos se constatan tanto en lo económico como en lo social, político y cultural, y generan un efecto significativo en los flujos migratorios posteriores (Knott & McLoughlin, 2010).

Aunque el término diáspora se refiere a una comunidad o grupo y ha sido ampliamente utilizado en la historia y en los estudios literarios, otros conceptos, como transnacionalismo —y espacios, campos y formaciones transnacionales—, se refieren a procesos que trascienden las fronteras internacionales. Por lo tanto, parecen describir fenómenos más abstractos en un lenguaje de ciencias sociales. Para Faist (2000a, 2010), los espacios transnacionales son conjuntos de vínculos relativamente estables, duraderos y densos que se extienden más allá y a través de las fronteras de los estados soberanos. De igual manera, estos espacios comprenden combinaciones de vínculos y su sustancia, posiciones dentro de redes y organizaciones y redes de organizaciones que atraviesan las fronteras de, al menos, dos Estados nación (Faist, 2000b).

En la investigación sobre migración, el concepto de transnacionalismo fue acuñado para centrarse en las actividades de base de los migrantes internacionales a través de las fronteras como algo distinto de las relaciones densas y continuas de macroagentes, tales como las empresas multinacionales o transnacionales. En este sentido, el término transnacionalismo se basa en las relaciones transnacionales en la subdisciplina de las relaciones internacionales de la ciencia política, aunque difiere de ese uso en que se centra en los actores no estatales (Portes, 1996).

Asimismo, en el transnacionalismo, los agentes no estatales, entre ellos, de manera destacada pero no exclusiva, los migrantes, se definen como agentes cruciales. El país de origen, el país de destino y los migrantes crean así una estructura social triangular, que puede ampliarse mediante la inclusión de los países de migración posterior. En tal “estructura multiangular, el elemento de las formaciones migrantes cubre una serie de organizaciones y grupos, incluidas las asociaciones de migrantes, como las asociaciones de ciudades de origen, las comunidades religiosas y las organizaciones de empleadores” (Faist, 2010, pp. 13-14).

Transnacionalismo diaspórico

Tal como propone Georgiou (2006), el transnacionalismo diaspórico tiene menos que ver con el lugar y más con el espacio. Las sinergias complejas y multifacéticas a nivel local, nacional y transnacional crean un campo de estudio en el que uno puede explorar el surgimiento y desarrollo de formas contradictorias pero viables de comunidades imaginadas transnacionales. Así, la naturaleza del transnacionalismo diaspórico de diversos grupos diseminados por el mundo da lugar a entornos multinivel y distintos de vida comunitaria en escala hiperlocal, local, transnacional, pero también translocal.

El resurgimiento de la noción de diáspora y la introducción de enfoques transnacionales pueden utilizarse de manera constructiva para examinar cuestiones centrales del cambio y de la transformación social y política (Faist, 2010). El transnacionalismo —y sus derivados: espacios, campos y formaciones sociales transnacionales— se ha utilizado para connotar las prácticas cotidianas de los migrantes y para promover su inclusión en el centro del análisis (Levitt & Glick Schiller, 2004; Smith & Guarnizo, 1998). Si bien la diáspora es un concepto antiguo, sus usos y significados han sido revisados y reinterpretados en los últimos años. Incluso, hoy en día, el término diáspora se utiliza para referirse a cualquier tipo de dispersión, pues vincula las experiencias transfronterizas de la patria con el destino. Sus significados más nuevos no se limitan a las imágenes de origen y destino, sino que incluyen países de migración posterior y, por lo tanto, enfatizan los vínculos laterales. Otras nociones recientes de diáspora enfatizan la hibridez cultural en el contexto de la “diseminación” (Bhabha, 1994) y el énfasis en el retorno ha sido reemplazado por el intercambio circular y la movilidad transnacional.

Por último, el transnacionalismo lleva a la discusión el análisis de las formas cambiantes de movilidad transfronteriza, membresía y ciudadanía y la compatibilidad —o incompatibilidad— de la integración migrante y las distinciones culturales (Faist, 2010). En suma, la diáspora se refiere a la comunidad mientras que el transnacionalismo se refiere a los procesos que trascienden las fronteras internacionales.

El transnacionalismo diaspórico en clave latinoamericana

Como hemos argumentado en otras ocasiones, el transnacionalismo diaspórico nos permite entender las intrincadas conexiones entre América Latina y sus diásporas latinas. Frente a los procesos de estratificación social urbana y el discurso discriminatorio de la prensa de las naciones receptoras, las asociaciones entre inmigrantes antiguos y nuevos y las empresas de orientación étnica surgen a niveles hiperlocales, locales, translocales y transnacionales (Retis, 2017). Estas dinámicas multifacéticas de las diásporas latinas y sus medios de comunicación pueden entenderse, principalmente, al examinar las dinámicas complejas de estos grupos en contextos transnacionales, ya que consumen una colección de medios diaspóricos producidos en sus países de origen, en los países de destino, en sus entornos regionales o locales y en espacios transnacionales, ya que participan en una vida cultural y unas comunicaciones transnacionales altamente mediatizadas (Georgiou, 2006).

A lo largo de estas décadas, los inmigrantes latinoamericanos en el norte global no rompen sus vínculos con sus países de origen al partir; más bien, al llegar, construyen un campo social transnacional que, a su vez, transforma el país de origen y la sociedad receptora, así como su espacio diaspórico. El análisis comparativo de estos procesos en diferentes países y continentes presenta evidencia de que la movilidad internacional ocurre dentro de contextos multidimensionales (Retis, 2017) y demuestra el papel de las redes sociales (Menjívar, 2000; Hondagneu-Sotelo, 2001) y la centralidad de la comunicación transnacional y las prácticas mediáticas (Retis, 2006; 2017).

En otras ocasiones, hemos argumentado que los estudios de las prácticas comunicativas bajo esta perspectiva sociodemográfica nos ayudan a entender el papel de los espacios mediados en las dinámicas migratorias recientes (Retis, 2008, 2017), dado que los procesos de globalización actuales exigen que repensemos las formas tradicionales de observar las sociedades nacionales y que, en cambio, las reconceptualicemos como sistemas de redes (Castells, 2006) que dan lugar a la desterritorialización de la vida social, lo que transforma las dimensiones culturales (Appadurai, 1996) y reconfigura nodos, particularmente, en los entornos urbanos de las ciudades globales (Sassen, 2001). En este contexto, los vínculos establecidos entre las redes de inmigrantes, por ellas y para ellas (Massey, 1994) delinean los circuitos a través de los cuales circulan los espacios mediados dentro de las inmigraciones contemporáneas (Georgiou, 2006; Retis 2008).

La formación de las diásporas latinoamericanas contemporáneas es resultado de varios factores en múltiples niveles y su estudio debe abordar la intersección entre lo local y lo global, pero también lo transnacional y lo translocal. La presencia de las diásporas latinoamericanas en el norte global no es una realidad palpable que solo se pueda contemplar a través de una ventana abierta, pues es un fenómeno social construido colectivamente. Resulta de una construcción simbólica que constituye la latinoamericanidad imaginada, una figura social específica con resonancia sociopolítica y cognitiva (Retis, 2006) construida en oposición a la definición de la nación que es una comunidad política imaginada —y concebida como inherentemente limitada y soberana (Anderson, 2006)—.

De igual manera, una visión a largo plazo y un alcance geográfico ampliado nos ayudan a avanzar en la comprensión de los significados de territorialidad, género, raza, edad, clase y nación. Los estudios que hemos venido realizando a lo largo de estas dos últimas décadas intentan analizar y comprender las migraciones internacionales desde América Latina hacia Norteamérica, Europa y Asia. Centrándonos en las ciudades globales del Norte Global, hemos centrado el énfasis en Nueva York, Miami, Los Ángeles, Madrid, Londres, París, Tokio, São Paulo y Lima. Además, buscamos entender el transnacionalismo diaspórico latinoamericano abordando las complejidades de la(s) latinidad(es) en contextos transnacionales y diaspóricos dentro de una discusión teórica e interdisciplinaria más amplia sobre la importancia de comprender la hibridación y la heterogeneidad. Finalmente, intentamos demostrar cómo una visión a largo plazo y un alcance geográfico ampliado pueden ayudarnos a avanzar en la comprensión de los significados de territorialidad, género, raza, edad, clase y nación, así como también cómo la(s) latinidad(es) es(son) una(s) categoría(s) que se negocia, reconstruye y reinventa constantemente en diferentes momentos, tiempos, lugares y espacios.

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