CONVOCATORIA PERMANENTE

DIÁLOGOS EPISTOLARES ENTRE
F. BELAUNDE TERRY Y J. PASTOR

Expresiones del pensamiento urbano
en Perú y Argentina a mediados de siglo xx

EPISTOLARY DIALOGUES BETWEEN F. BELAUNDE
TERRY AND J. PASTOR
Expressions of urban thought in Peru and Argentina
in the mid-twentieth century

VICTORIA MARÍA GOENAGA

Facultad de Arquitectura y Urbanismo,
Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina
0000-0002-8438-8799

Recibido: 4 de abril del 2022

Aprobado: 28 de noviembre del 2022

doi: https://doi.org/10.26439/limaq2023.n012.5841

La correspondencia epistolar entre dos arquitectos que discurre a mediados del siglo xx, entre Argentina y Perú, en torno al pensamiento urbano, se constituye en clave para comprender la gestación y la transformación de procesos en torno a la autenticidad. Por ello, nuestro objetivo de estudio es identificar las expresiones del diálogo epistolar entre Fernando Belaunde Terry y José Pastor, durante 1948 y 1956. Estos arquitectos urbanistas formaron parte de una serie de debates y redes de inferencia que acrecentaron el contacto disciplinar con organismos interamericanos y que definieron un modelo de actuación técnica desde ámbitos privados hacia estatales. Nuestra hipótesis sostiene que los cambios de visión, en busca de una autenticidad, implicaron un desplazamiento disciplinar desde el urbanismo hacia la planificación. Entonces, a partir de un corpus inédito de documentos manuscritos y mecanografiados, seleccionamos aquellos que nos permitieron indagar en el pensamiento como expresión de la autenticidad de la cultura urbana y epistolar latinoamericana.

epistolario, urbano, planificación, Belaunde, Pastor

The correspondence between two architects in the mid-20th century, between Argentina and Peru, focusing on urban thought, is a key to understanding the development and transformation of authenticity-related processes. Our study identifies expressions within the epistolary dialogue held by Fernando Belaunde Terry and José Pastor between 1948 and 1956 as these architect-urbanists engaged in a series of debates and took part in networks of influence that increased their disciplinary contact with inter-American organizations and shaped a model of technical action from private to state domains.

Our hypothesis suggests that shifts in perspective in the pursuit of authenticity led to a disciplinary shift from urbanism to planning. Drawing from a unique corpus of handwritten and typewritten documents, we selected those that allowed us to delve into thought as an expression of the authenticity of Latin American urban and epistolary culture.

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Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International (CC BY 4.0).

INTRODUCCIÓN

La correspondencia epistolar1 que mantuvieron los arquitectos urbanistas Fernando Belaunde Terry2 y José Pastor3 no solo representa un cuerpo documental inédito y significativo para conocer un singular estado de situación del pensamiento urbano, sino que se “constituye en herramienta privilegiada en la búsqueda de un proceso de revisión tanto biográfico como sociocultural” (Hintze & Zandanel, 2012, p. 13).

Hacia fines de la década del treinta, el urbanismo en Latinoamérica se vio inmerso en un proceso de revisión disciplinar motivado, principalmente, por la escasez de recursos propios para enfrentar las problemáticas sobre desequilibrio territorial, despoblación, empobrecimiento y alta concentración urbana producto de políticas económicas discontinuas. Dichas manifestaciones pueden observarse replicadas en gran parte de los países latinoamericanos, de los cuales Perú y Argentina no fueron la excepción.

Uno de los problemas fundamentales que enfrentaron las ciudades latinoamericanas en dicho contexto fue el crecimiento desordenado producto del loteo indiscriminado. En dichos procesos, la vivienda no era reconocida como unidad urbana constituyente de un problema mayor de planeamiento. Por ello, este artículo reflexiona sobre esta coyuntura y se interroga sobre la deriva del pensamiento urbano en pos de un ideal moderno democrático y humanista.

A partir de la hipótesis que identifica ciertos procesos graduales, sostenemos que los cambios de visión en busca de una autenticidad implicaron un desplazamiento disciplinar desde el urbanismo hacia la planificación.

Además, sobre la observación de la forma particular que el urbanismo adoptó en su desplazamiento hacia la planificación en Latinoamérica de mediados de siglo xx, intentamos reflexionar sobre las condiciones de autenticidad en las que estos procesos se llevaron adelante: los procesos de modernización social emergen de una necesidad de búsqueda de autenticidad urbano territorial.

El problema de la autenticidad surge como preocupación ante los procesos de modernización en la década del cuarenta en Latinoamérica. La autenticidad, en términos de Francisco Miró Quesada, no implicaba “una copia mal repetida … sino … expresión de un pensamiento … vivo … que emergiera de nuestra propia circunstancia latinoamericana utilizando todos los medios intelectuales disponibles”(Miró Quesada, 1974, p. 2). Desde esta perspectiva es que el pensamiento urbano se valía de contenidos más humanistas y de la búsqueda por un mayor grado de autenticidad cultural.

La autenticidad de la cultura urbana latinoamericana, desde la perspectiva investigativa del epistolario, es para nuestra investigación un estado del pensamiento urbano compartido entre Perú y Argentina a mediados de siglo xx. En ese tiempo, se desarrollaron producciones urbanas como expresiones de la misma, intercambios y relaciones bilaterales entre dos naciones. Estos fueron una condición que no siempre pudo mantenerse al margen de los intercambios forzados y aceptados en relación a la cultura europea y americana.

Entonces, consideramos que este espacio epistolar, que buscamos poner en relevancia, refuerza el sentido de autenticidad por el que transcurrieron las transformaciones de la cultura urbana. Por ello, nuestro objetivo de estudio pretende identificar estas expresiones en el diálogo epistolar entre Fernando Belaunde Terry4 y José Pastor5.

Estudios recientes refuerzan el valor que la correspondencia epistolar posee para la construcción de una historiografía urbana (Brezzo, 2019). Estos antecedentes indagan variadas cuestiones como la existencia de proyectos no materializados, cuyo rastreo es posibilitado por la indagación de registros escritos; el esbozo de pensamientos que en su intercambio se sintetizan y se argumentan permanentemente (Beckwith & Cowell-Meyers, 2007); las articulaciones de figuras, personajes y redes que se infieren de la exploración de tópicos en acervos epistolares inéditos (Antequera, 2019), como también los motivos de contexto que la intensificación o interrupción de la correspondencia intelectual posee para la construcción del devenir histórico (Hintze & Zandanel, 2012).

El proceso analítico como método de indagación del género epistolar que nos interesó plantear en este estudio supuso exponer a sí mismo la biografía situada de los personajes que pretendíamos poner en diálogo. Una microhistoria de sus trayectorias, sus redes relacionales en contexto histórico, político y social (Levi ,1989) nos facilitó un diseño metodológico explorativo para abordar el repositorio archivístico vinculado a José Pastor.

Seleccionamos unos veinte documentos que durante casi diez años (1948-1956) mantuvieron en contacto a Pastor y Belaunde. Estos se constituyen de copias mecanografiadas, borradores, tarjetas postales y manuscritos, conservados en papel vegetal, que forman parte de un corpus de más de cincuenta documentos.

Los datos se recogieron del archivo personal de la familia Pastor6 provenientes de su estudio privado y del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires en Argentina, a partir de técnicas de lectura in situ, observación y procesamiento de datación y contenidos.

Posteriormente, se procedió a la construcción de fichas con el objetivo de confeccionar un catálogo que, como instrumento dual, nos reveló características concretas de datación, localización en tiempo y lugar, producción de la fuente, localización del autor en tiempo y espacio, el tipo de reproducción, su integridad y grado de originalidad. Luego, se seleccionaron aquellos documentos que registraban temas y problemas que planteaba nuestra hipótesis y abordaban el objeto de estudio, los que dieron cuenta de relevantes condiciones de contexto. Finalmente, se digitalizaron los documentos en escáner de alta resolución.

Lo anteriormente descrito nos posibilitó acceder a una coyuntura que debe vislumbrarse no solo durante los años mencionados de intercambio de correspondencia, sino atendiendo a las condiciones de contexto de periodos anteriores y posteriores. Para nuestra investigación, esto implicó una diagramación infográfica (véase la Figura 1) que permitió identificar procesos claves en torno a la concepción latinoamericana de la arquitectura y el urbanismo organizados en tres secciones.

SECCIÓN 1. DESPLAZAMIENTOS DISCIPLINARES

Hacia fines de la década de 1930, operaba un marcado rechazo al sesgo ecléctico por parte de artistas en Perú, propio de la visión académica con la que se desarrollaban las ideas arquitectónicas y urbanas.

La agrupación Espacio7 produjo una profunda renovación cultural del campo intelectual hacia 1940, que derivará en acciones concretas de modernización de la arquitectura y del desarrollo en el ámbito urbano, y de una verdadera actualización de estructuras profesionales que se cristalizarán desde la década de los sesenta para hacer frente a la crisis energética, ecológica y social que —como epílogo— queda asentado en el manifiesto de la “Carta de Machu Picchu” de 1977 (véase la Figura 2).

En Argentina, procesos similares pueden ser explicados desde fines de 1930 a partir de mecanismos de desplazamientos disciplinares operados desde la ensayística y la sociología, principalmente porque toma el urbanismo suscitado por algunos fenómenos catastróficos como sismos, inundaciones o expansión caótica que llevaron a pensar modelos de emergencia para la reconstrucción de ciudades, como es el caso de la ciudad de San Juan en 1944 (véase la Figura 3).

Los desplazamientos intelectuales acerca de la construcción de una autenticidad urbano territorial surgen como espacios vinculantes y como movimientos emergentes entre Perú y Argentina. Sus propuestas integrales son impulsadas por instituciones profesionales y editoriales desde un idealismo democrático sostenido durante más de veinte años.

El Instituto de Urbanismo y Planificación de Perú (IUP) había sido creado en Lima, en 1944, por Belaunde y los arquitectos Carlos Morales Macchiavello, Luis Dorich Torres y Luis Ortiz de Zevallos. Uno de los roles iniciales del IUP fue el de recepcionar, en abril de 1945, la visita a Lima de Paul Lester Wiener8.

Las conferencias de Wiener impactaron profundamente en las ideas sobre las políticas de vivienda para el desarrollo de Perú. Estas se verán motorizadas en ideas descentralizadoras como el proyecto para Chimbote, de 1946, de Josep Lluís Sert y Wiener; las acciones llevadas adelante por Belaunde y Luis Dorich Torres a través de la Comisión Nacional de Vivienda (CNV); y la creación de la Unidad Vecinal n.o 3 (UV3), construida entre 1945 y 1949.

Por su parte, hacia fines de los años cuarenta, Pastor había conformado su estudio profesional junto al arquitecto Alfredo Etcheverry —secretario general de la Sociedad Central de Arquitectos— y el ingeniero civil José Bonilla, quien venía trabajando de manera reconocida en la ciudad de La Plata, Argentina. Desde Estudios Asociados, se irá gestando una línea de pensamiento en torno a la planificación, con el objetivo de coordinar y centralizar la preparación de planes reguladores, planes para barrios de viviendas, obras públicas y privadas, así como también la creación en 1948 de lo que consideramos el Primer Instituto de Planeamiento Regional y Urbano en la Argentina (IPRU)9. Una de sus tareas iniciales fue la de redactar el informe que contiene el Plan de Emergencia de la Comisión Nacional de la Vivienda, respecto del uso de la tierra y el desarrollo urbano para toda la provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1948 (Pastor & Bonilla, 1958), el cual derivará en una ley de planeamiento urbano y rural.

Otro testimonio que nos deja el trabajo de revisión de fuentes epistolares entre Pastor y Belaunde es la influencia editorial en la construcción de un marco intelectual común en la concepción democrática de la planificación para la transformación urbano regional.

En la biografía de Belaunde, Huapaya Espinoza (2014b) rescata la influencia de la Revista de Arquitectura (RdA) en los profesionales peruanos y, particularmente, en la revista El Arquitecto Peruano (ReAP). Nuestras investigaciones complementan esta mirada a partir de evidentes intereses de ambas partes por nutrirse del intercambio teórico y promover lo que en Perú denominaron la revolución de los arquitectos (véase la Figura 4).

El Arquitecto Peruano fue una revista mensual de construcción y arquitectura fundada por Belaunde, en agosto de 1937, y fue su director hasta 1963, cuando asumió la presidencia de la República del Perú. En el caso de la Revista de Arquitectura, que era el órgano de difusión de la Sociedad Central de Arquitectos, podemos demostrar que Pastor se inicia allí en diciembre de 1943 como colaborador externo y colaborador especialista. Luego, asumió el rol de vocal y, posteriormente, el de secretario de redacción, desde 1945, y director entre 1947 y 1951.

Ambas revistas difundieron los contenidos para abordar temáticas territoriales y urbanas en sede local. Dieron testimonio de un giro regionalista de los medios de difusión que fue clave para enmarcar los desplazamientos disciplinares.

SECCIÓN 2. DIÁLOGOS EPISTOLARES

El análisis de las expresiones epistolares que se vislumbran en relaciones institucionales, interuniversitarias e intercambios editoriales, nos permitió conocer un periodo de retroalimentación, a mitad del siglo pasado, que se caracterizó en gran parte por continuidades y concordancias entre ambos países.

Asimismo, pudimos observar que dichos procesos fueron motorizados, principalmente, por iniciativas privadas desde el campo profesional, con sede en sus institutos de investigación, algunas de las cuales, posteriormente, se concretaron desde el Estado desarrollista.

Tanto Pastor como Belaunde actúan desde sus estudios de arquitectura, institutos privados y espacios de difusión editorial, situación que, hacia mediados de la década del cuarenta, irá combinándose con sus participaciones en organismos públicos y ámbitos interamericanos.

Las manifestaciones discursivas políticas y profesionales abrevaban de la unidad vecinal (UV) como el instrumento clave de la planificación y programa de vehiculización de prácticas sociológicas de reivindicación popular. Sobre ello, veremos que el tema en torno a este modelo urbano y materializado será una constante recursiva a lo largo de gran parte del epistolario.

La unidad vecinal representaba una nueva concepción de la vivienda, lo que implicaba una renovada relación con su espacio físico ambiental y que era ejemplificado en la Unidad Vecinal n.o 3 que, desde el año 1943, ponía en escena la importancia del Perú como campo de experimentación en América Latina (Huapaya Espinoza, 2014a).

La identificación de la vivienda, como parte constituyente de la interescalaridad regional, fue uno de los problemas fundamentales, además de constituirse en estrategia de crecimiento de áreas consolidadas, en vías de consolidación y de descentralización en las ciudades. La unidad vecinal era una forma de enfrentar los crecimientos informales y simbolizaba la “búsqueda de otras formas de pensar la vivienda para la clase media pero también para las clases más populares” (Huapaya Espinoza, 2014a).

Anatomía de la unidad vecinal” fue un artículo de la autoría de Pastor en el número 5 de la revista Nuestra Arquitectura , publicado en 1946, y podríamos decir que —junto con la reseña que la revista El Arquitecto Peruano realizada en agosto de 1947 del libro Urbanismo con Planeamiento de Pastor (Goenaga, 2020, Anexo II)— representa el inicio de los diálogos epistolares entre él y Belaunde a partir del reconocimiento recíproco que queda asentado en la mayoría de las correspondencias.

La idea de disección con la que se hace referencia a la unidad vecinal10 aludía a una visión analista compartida, donde el desglose permitía enfrentar el problema del estudio riguroso de los trazados urbanos y regionales a partir de escalas y rasgos singulares como áreas de salud, recreativas, escolares, comerciales y cívicas ((Belaunde, 1954; Pastor, 1946).

Asimismo, quedaba demostrado el interés por la existencia de un modelo específico de proyecto en el que se destacaba la importancia de la unidad vecinal como instrumento del planeamiento descentralizador y a la vivienda como el problema fundamental de las ciudades latinoamericanas de la década del cincuenta, por lo que la planificación debía “satisfacer a cada grupo social en sus diferentes manifestaciones familiares, individuales y colectivas” (Pastor, 1947a).

Este hito y modelo de urbanismo peruano no se replicó con similar evolución en Argentina; sin embargo, permitió comprender que la vivienda era parte integral y no objeto unitario. Como ejemplo de ello podemos mencionar al conjunto Los Perales (1949) y al barrio 17 de octubre (1954), ambos en Buenos Aires.

En Argentina, el tema se trató como un módulo orgánico de planeamiento que prevenía el crecimiento desordenado, como producto del loteo indiscriminado. Su análisis sistemático permitió que las unidades urbanas se consideraran parte de un problema mayor de planeamiento urbano.

A partir de estas experiencias, sobresalía la figura operativa de la unidad vecinal y en las investigaciones de Pastor fue tomando forma la idea de que su procedencia estaba directamente relacionada con la cultura precolombina. Estas investigaciones no pasaron desapercibidas para Belaunde. En diciembre de 1947, Pastor fue nombrado socio honorario del Instituto Urbanismo de Perú (IUP), atestiguado por el intercambio en 1948 entre Belaunde y Pastor (Goenaga 2020, Anexo II) (véase la Figura 5).

Estos hechos aún se mantienen inéditos para la historiografía urbana, ya que se soslaya la menor o mayor incidencia de las ideas rescatadas por Pastor sobre organización colectiva de las culturas Lima e inca, para el derrotero del hábitat popular en Latinoamérica.

La republicación que la revista El Arquitecto Peruano realizó en octubre de 1948 de su artículo sobre la organización colectiva ayllu11 pondera fervorosamente la difusión sobre el redescubrimiento de la cultura inca y jesuita que había realizado Pastor dos años antes. Como primeras organizaciones colectivas de pueblos peruanos precolombinos, los ayllus eran comunidades sociales fuertemente unidas por vínculos religiosos, raciales y económicos, pero principalmente por la identificación de esas tres circunstancias con la tierra, de carácter colectivo (Huapaya Espinoza, 2014b).

Este modelo se basó en una forma orgánica celular y para Pastor esto era trascendente por el hecho de haber sido continuado por el “audaz experimento socialista cooperativo de la Compañía de Jesús” (Pastor, 1957), que le permitió desarrollar las nociones de alojamiento integral y equipo urbano.

Como parte de estos procesos de restitución de debates disciplinares, el 20 de junio de 1952, Belaunde —como jefe del Departamento de Arquitectura— y Ortíz de Zevallos —como director del Instituto de Urbanismo— proponen a Pastor como “referente … de un urbanista argentino” ante el embajador de la República Argentina en Perú (véase la Figura 6), con la finalidad de que —bajo encargo oficial— se concrete la visita de Pastor y cristalizar así el proyecto de acercamiento cultural entre naciones que tenían por objetivo desde hacía más de seis años. Allí se menciona la enorme influencia en esferas universitarias peruanas” de las obras de Pastor como San Juan. Piedra de toque del planeamiento nacional (1945), Urbanismo con planeamiento (1947b) y Curso sico de planeamiento urbano y rural (1947a).

Las correspondencias del 7 y del 20 de julio de 1952 registran los frecuentes viajes de egresados de estudiantes peruanos hacia Buenos Aires y dan cuenta del progreso del estudio de planes reguladores de oficinas del Estado peruano como también la continuidad e incidencia en oficinas estatales de la labor de urbanistas como Wiener y Sert (véase la Figura 7).

La carta que Pastor le envía a Belaunde el 29 de julio de 1954 (véase la Figura 8) demuestra la incesante actividad en Perú en materia de planeamiento urbano y la estimulación que producía en el ambiente argentino la incorporación del Plan Regulador en el Segundo Plan Quinquenal12. Este —sin embargo— carecía de concreción para ese entonces. Consecuentemente, al decir de Pastor —a excepción de los casos San Juan y Villa de Uspallata—, en Argentina no se vislumbraba que los objetivos pudiesen alcanzar labores como la de la Corporación Nacional de Vivienda que venía llevando adelante Perú

En agosto de 1954, Belaunde le escribe a Pastor (véase la Figura 9) sobre un viaje que realizaría a Dinamarca con motivo de un seminario sobre cooperativas de vivienda que celebraban las Naciones Unidas y organizaba la Unión Panamericana.

Tanto Belaunde como los participantes de la agrupación Espacio tendrán fluida correspondencia con Pastor, reproducirán sus textos y lo invitarán a Lima a dar un curso que llevó unos seis años en concretarse. Asimismo, desde 1951 (véase la Figura 10) mantienen diálogos en relación a frecuentes viajes e intercambios de estudiantes que promueve Belaunde a Buenos Aires, siempre bajo aspectos relacionados a publicaciones y conferencias de Pastor, como es el caso de la correspondencia donde se menciona el Curso básico de planeamiento urbano y rural (1947a) (véase la Figura 10).

En agosto de 1954, Belaunde escribe, en El Arquitecto Peruano, Diez mil millas en busca de una arquitectura social”, hecho que no pasa inadvertido por Pastor (véase la Figura 11), quien, por entonces, publicaba en Uso de la tierra en relación con la vivienda y el desarrollo urbano y regional”, junto a Luis Morea13, el memorándum de la Comisión de Vivienda sobre desarrollo urbano no especulativo elevado por la Sociedad Central de Arquitectos de Buenos Aires a la Comisión Municipal del Código de Edificación, en septiembre de 1954.

A partir de ese momento, se intensifican los intercambios de publicaciones entre ambos Institutos (IUP e IPRU), como también con el grupo de Cino Calcaprina y Enrico Tedeschi de la Universidad de Tucumán, quienes —interesados en la labor editorial del IPRU— invitan a Pastor a las “Jornadas en Tucumán” de 1954, en ocasión de la promoción del Segundo Plan Quinquenal. Durante los siguientes cinco años, las correspondencias evidencian los frecuentes viajes estimulados por encuentros interamericanos e internacionales con presencia de los más reconocidos disertantes del campo de la arquitectura y urbanismo, tales como Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Oscar Niemeyer, Richard Neutra y Alvar Aalto. La motivación principal era recurrentemente dirigida hacia el campo social de la vivienda, el esparcimiento y el trabajo, lo que dejaba atrás a los aspectos funcionales (VIII Congreso Panamericano de Arquitectos, 1952).

Finalmente, entre diciembre de 1955 y febrero de 1956, la revista El Arquitecto Peruano (véanse las figuras 12 y 13) da por confirmado el viaje de Pastor a Lima, en oportunidad del ciclo de conferencias auspiciadas por la Oficina Nacional de Planeamiento, la Facultad de Arquitectura y el Instituto de Urbanismo de la Universidad de Ingeniería de Perú. No obstante, el intercambio profesional del Perú con otros países, no queda solamente registrado en el interés por la figura de Pastor. En dichas colaboraciones, se registran los viajes de varios representantes del campo intelectual peruano como el de Dorich Torres hacia Asunción Paraguay, el de Ernesto Gastelumendi hacia Brasil, el de Belaunde a Estados Unidos (véase la Figura 12) y el de Ortíz de Zevallos hacia Puerto Rico.

Estos hechos ponían en debate y preanunciaban temas de regulación, programas, estructuras urbanas y regionales participativas en pro de una planificación democrática que cobraría más fuerza a través de la labor para el desarrollo que produciría la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la década del sesenta. Asimismo, hubo un intenso intercambio panamericano que inició Perú y que se demostró en su participación activa en la constitución de la Sociedad Interamericana de Planificación.

En mayo de 1956, se concreta el viaje de Pastor a Lima (véase la Figura 13) con el objetivo de desarrollar el ciclo de conferencias previsto, que se iniciaba con la denominada El hombre y su circunstancia”. El compendio completo fue publicado en Lima, en 1958, como Introducción al planeamiento regional (1957).

El Arquitecto Peruano publica en 1956, en su número 224, la visita de Pastor a la altura de importancia de la de Wiener, donde se hace mención a la revolución de los arquitectos (véanse las figuras 4 y 14), acompañada por la crónica de la visita de Sergio Larrain, decano de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago de Chile y la premiación a Santiago Agurto Calvo por el concurso “Huampaní”, de principios de los cincuenta en Lima.

La correspondencia de junio de 1956 (véase la Figura 15), como también los croquis de registro gráfico (Goenaga, 2020, p. 65)14 que realiza Pastor, dan cuenta del impacto de su estadía en Perú, principalmente de la visita al Centro Vacacional Huampaní, a Ollantaytambo, a Ancón, a Intihuatana y a Callahuanca, donde se dejó traducir el interés por el espíritu comunitario proveniente de estos espacios.

Pastor le escribe a Dorich Torres, uno de los autores relevantes de la Unidad Vecinal n.o 3 (datada en 28 de junio de 1956), para mencionarle temas de nuestra común chifladura”, o sea “el planeamiento” (véase la Figura 16), dejando transparentar la valorización por el desarrollo de una misión “para irse acercando a una solución del problema de la vivienda tanto para las clases medias como para las más necesitadas” (véase la Figura 17). Estos hechos tomarán forma en la visita de John F. C. Turner15, que recepciona Dorich Torres, considerado —con diversos matices ideológicos— un momento germinal en la centralidad que adopta la participación popular en el discurso urbanístico latinoamericano.

Posteriormente, se seguirá mencionando en publicaciones de autoría Pastor, nociones como la de minka (véase la Figura 18), que representaba, también para Belaunde, un espacio simbólico de relaciones equilibradas entre seres humanos, como proyecto de cooperación popular basado en trabajos colectivos de solidaridad cuya finalidad era la construcción de infraestructuras de diversas escalas.

Dichas referencias enfatizan y permiten comprender el interés recíproco por labores de cooperación nacional en temas de vivienda por considerar de “excelente y ejemplar en su integridad social, técnica y arquitectónica” (Belaunde Terry, 1954) a la Ley de Creación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo (ONPU).

Los programas de acción futura, como el Plan de Chimbote —ya mencionado— en su versión local actualizada por la Corporación Peruana del Santa, eran visualizados por ambas partes y se publicaban en revistas argentinas como las mencionadas Revista de Arquitectura (RdA) o Nuestra Arquitectura (NA), medios de difusión que, por ese entonces, eran de circulación en toda América.

Desde 1956, en adelante, se produce un silencio que se retoma en la década del ochenta en el epistolario de Pastor y Belaunde. Inferimos que podría corresponderse a la serie de disrupciones políticas y discontinuidades urbano territoriales que caracterizan nuestras latitudes y a las que Latinoamérica continúa expuesta.

SECCIÓN 3. COMENTARIOS ESPECÍFICOS: LOS DESPLAZAMIENTOS DISCIPLINARES SUBYACENTES A LOS DIÁLOGOS EPISTOLARES

Veremos que, a lo largo de nuestra investigación, el territorio y el espacio aparecen como sustento simbólico y material de una concepción identitaria que recorre aspectos convergentes a un mismo fin: lo propio” que, en arquitectura y urbanismo, forja la figura del ayllu como origen de la unidad vecinal; la construcción de un relato editorial que expresa la aspiración por un espíritu local; y los procesos de institucionalización que acompañan esa aspiración.

Los enfoques en temas de desarrollo urbano en Argentina tendrán algunos matices respecto del Perú, que lo llevan a revisar fuentes proyectuales heterogéneas —en algún caso de influencia francesa— y disciplinariamente afianzadas en la sociología. En ocasión del debate de las ideas para la emergencia, reconstrucción y creación de ciudades, en ambos países opera un modelo ordenado de ciudad articulado con otras regiones.

La idea de ciudad como institución comunitaria implicaba la coordinación de las actividades humanas en el tiempo y el espacio sobre la base de hechos respecto al lugar, trabajo y su gente. Dichas visiones concurrentes y sustentadas en ideas de Patrick Geddes16 eran compartidas, tanto por espacios de pensamiento urbano en Argentina como en Perú, desde una concepción humanista a un orden nuevo para la discusión del urbanismo. Sus procedimientos permiten elaborar valores culturales específicos y precisos, además de descubrir tipos de lugares, labores, costumbres e instituciones de cada población. No se trata de una mera imagen política de un espacio coloreado en un mapa liso, sino de una región geográfica y una región antropológica” (Geddes, 1915/1960).

La RdA y la ReAP, de manera ininterrumpida, registraron los principales aspectos identitarios de la vida nacional. Asimismo, permitieron traducir y reproducir los debates internacionales en el campo de la arquitectura, el urbanismo y el planeamiento, como también ponerlos en relación activa con la escena latinoamericana.

Tanto las acciones del IUP como del IPRU nos revelan cómo, desde fines de la década del cuarenta, se pretendía conferir el carácter institucional a las ciencias urbanas. Dicho motivo no alcanzó a concretarse, pero se constituyó como modelo incipiente que derivaría en los sesenta en un proceso de institucionalización de otras ciencias, como las ciencias sociales.

Estos debates híbridos se volvieron centrales en ocasión del Congreso Panamericano de 1947 en Lima17, donde se proponía que todos los países de América formulen planos reguladores que establezcan a la unidad vecinal como elemento básico de su estructura. Asimismo, en la preparación del VII CIAM de 1949, ya se vislumbraba el interés puesto en Latinoamérica como laboratorio, a raíz de proponer un programa urbano para San Juan y un programa habitacional para una unidad vecinal en Buenos Aires, teniendo en cuenta los planes piloto de unidades vecinales para Bogotá, Medellín y Chimbote.

Las prácticas sobre unidades vecinales no solo se exponen —es el caso de la UV3— en el I Seminario Regional de Asuntos Sociales, organizado por la Unión Panamericana en mayo de 1950 en Ecuador y publicado en formato de libro por el Centro Interamericano de Vivienda y Planeamiento (CINVA), sino que acrecientan el fluido contacto con diversos organismos que representan la posibilidad real de resolver una preocupación inicial que se expresaba en las correspondencias enunciativamente como barriadas o villas miserias18.

Dichos espacios se constituyeron en experimento y modelo de referencia emblemático mediante el cual se desplegó, en 1957, una red de influencia, en cuya dinámica se recepcionaron figuras como la de John F. C. Turner, cargadas de misión simbólica en torno a las barriadas y la forma de vivir a bajo costo. Su incidencia en los debates urbanos del momento fue significativa por haber tomado conceptualización de la “ciudad latinoamericana” en las representaciones sobre el problema migratorio y la vivienda social en las ciudades de la región.

Durante la primera presidencia de Belaunde, en el año 1965, se funda el museo de sitio Pachacamac por el entonces director de museo Arturo Jiménez Borja. Este sitio arqueológico anida la secuencia de procesos de construcción cultural de los orígenes del Perú hasta el abandono durante la llegada española.

Unos años más tarde, la experiencia del concurso “Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI19)”, que tendrá lugar en Lima en 1968 por iniciativa de Belaunde Terry, tomará de manera decisiva las elaboraciones previas de Pastor en torno a la vivienda popular y a la renovada versión de unidad vecinal. De este modo, tomaban forma local una serie de experiencias urbanas pioneras sin resignación de calidad habitacional ni contextual.

COMENTARIOS FINALES

La correspondencia intelectual entre Belaunde y Pastor nos reveló aportes originales que definieron un momento en las ciencias urbanas iniciado en ámbitos privados, oficinas técnicas profesionales y espacios editoriales que, sin embargo, luego se canalizaron hacia ámbitos estatales.

Las expresiones y los tópicos que recorren nos permitieron revisar una renovación disciplinar por fuera de la misma, como también la traducción de un conjunto de factores locales tensionados por la recepción de teorías y visitas externas de influencia moderada. Su consecuencia se ve reflejada en la serie urbana de exploraciones y materializaciones híbridas, como las de unidades vecinales, que introdujo un nuevo concepto de ciudad dentro de la ciudad, a partir de la agrupación de unidades urbanas y centros gravitacionales.

El planeamiento democrático constituido en campo de pensamiento será el espacio de actuación, tanto en Perú como en Argentina, para enfrentar las situaciones de desequilibrio hacia mediados de siglo xx, donde se constituyen en clave para comprender la construcción de un espacio emergente que acrecentó el intercambio con organismos interamericanos.

Los procesos de modernización social, como la revalorización del ayllu y la minka, podrían analizarse bajo el giro regionalista que se le atribuye a la cultura modernista que históricamente ha considerado la resignificación de tradiciones como una de las formas más significativas que adopta la renovación disciplinar. Sin embargo, algunos indicios de nuestra investigación sostienen que, en los simples hechos en contexto que discurren del epistolario, no se trata de giros ni rupturas, sino del paulatino desplazamiento interno al urbanismo que avanza hacia la sociología. Dicha gradualidad se ve tensionada por lo propio y lo ajeno, mientras que el tránsito se debate entre una identidad impuesta y una autenticidad consustancial que nunca cesó su diálogo con el ámbito internacional.

A pesar de las dificultades que nos presenta no poseer registros, luego de 1956 hasta la década del 80 —hecho que no significa su ausencia—, dicha discontinuidad habilita una ocasión para revisar otras fuentes biográficas y sus condiciones de producción, como tarjetas personales de saludos festivos, postales o publicaciones en periódicos con la finalidad de reconstruir intercambios iniciados.

Se abre aquí una línea de indagación para futuras investigaciones en torno a la característica de autenticidad del derrotero que sigue el urbanismo y la planificación en contexto de una presumible actualización a partir de nuevas redes epistolares; el manifiesto de la “Carta de Machu Picchu” (1977), y la concurrencia de debates que generó; y el análisis discursivo de la característica en torno a la peruanidad que expresara, en 1965, Belaunde (Mongrut Muñoz, 2006).

Finalmente, nuestro artículo intentó poner de manifiesto las continuidades del ideario del planeamiento que, a mitad de siglo xx, convergen en intercambios escritos entre urbanistas en contexto latinoamericano. Sus expresiones poseen una vigencia particular, ya que supieron dar respuesta a problemáticas que, hoy en día, se acentuaron y continúan —un siglo después— sin solución.

Dichos procesos, que alcanzan en Perú su máxima expresión material y que consolidan en Argentina un relevante estado teórico de antecedentes, se instituirán en formas renovadoras del academicismo imperante, como también serán parte de un proyecto de acercamiento cultural entre ambos países.

REFERENCIAS

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1 La correspondencia, fruto de la motivación de este manuscrito, fue posible gracias a la gentileza de Silvina y Fernando Pastor, hijos del arquitecto José Pastor, quienes me permitieron el acceso al archivo familiar. También a la doctora y arquitecta Alicia Novick, quien me sugirió indagar en el Archivo Pastor del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, de la Universidad de Buenos Aires. Esto se consultó en octubre del 2010, noviembre del 2012 y noviembre del 2015.

2 Para ampliar su vida y obra, ver en Huapaya Espinoza (2014b).

3 Para ampliar su vida y obra, ver en Goenaga (2020).

4 Fernando S. M. M. Belaunde Terry fue un arquitecto y urbanista nacido en 1912, en Lima, Perú. Asumió como diputado nacional por Lima en 1945. Ejerció como presidente del Perú en 1963-1968 y en 1980-1985. Su obra planificadora ha reivindicado tanto el campo profesional del arquitecto urbanista como el legado cultural de su país en torno al respeto por el tratamiento del territorio y sus gentes.

5 El Arquitecto José M. F. Pastor fue un arquitecto y urbanista nacido en 1914, en Buenos Aires, Argentina. La obra de Pastor se caracteriza como catalizadora de singulares debates periféricos promovidos por su labor editorial.

6 Entrevista de preguntas abiertas a Silvina Pastor y colaboración vía correo electrónico a Fernando Pastor, ambos arquitectos e hijos del arquitecto José M. F. Pastor (2011-2012).

7 La agrupación Espacio surge como reacción a la arquitectura ecléctica que se venía dando en Perú, pero, sobre todo, como reacción al aletargamiento cultural de la sociedad peruana. Luis Cartucho Miró Quesada Garland fue el promotor de dicha agrupación que surge en la década del cuarenta y que en 1947 difunde su manifiesto.

8 Para ampliar sobre la visita de Wiener en Perú, véase la revista El Arquitecto Peruano de abril de 1945.

9 Para ampliar sobre la labor del IPRU, véase Goenaga (2020, pp. 274-275).

10 En línea con reformulaciones del precinct o neighborhood unit —que, sin embargo, presenta variantes en su versión latinoamericana—, neighborhood es empleado por Clarence A. Perry como unidad vecinal por primera vez en el Plan Regional de Nueva York de 1929, donde señaló los principios que debían regirla.

11 Importancia del sentido social del ayllu que constituye la base social en el antiguo Perú (cultura inca). Fue la célula familiar sobre la cual descansaba todo el sistema organizativo imperial inca. Esta unión de los parientes en un ayllu con sus costumbres y creencias los impulsaba al progreso y desarrollo con la dirección y gobierno del jefe local o curaca (Goenaga, 2020, p. 308).

12 El Primer Plan Quinquenal fue presentado por el presidente argentino Domingo Perón y el secretario técnico de la presidencia de Figuerola el 21 de octubre de 1946. Fue un proyecto de ley que aprobaba el Plan de Realizaciones e Inversiones que contenía veintisiete proyectos de ley sobre cuestiones diversas.

13 Luis Morea, en el año 1955, junto a Alberto Morea, había realizado uno de los mejores ejemplos modernos en arquitectura latinoamericana, como fue el edificio de vivienda colectiva de la calle Talcahuano y Marcelo T. de Alvear. Con este ejemplo, se reformulan muchos de los parámetros de diseño y estrategias de contactos urbanos que regían para la vivienda colectiva.

14 Croquis de Ollantaytambo, Ancón, Intihuatana y Callahuanca. Cuadernillo libreta de viaje. Dibujo sobre papel cuadriculado a mano alzada con lápiz grafito o tinta. Archivo de la familia Pastor (Goenaga, 2020, p. 65).

15 John F. C. Turner (1927) es un arquitecto inglés conocido por su dedicación, estudio y práctica de la vivienda autoconstruida, especialmente en América Latina.

16 Patrick Geddes (Ballater, Aberdeenshire, 2 de octubre de 1854 - Montpellier, Francia, 17 de abril de 1932) fue un sociólogo, polímata, biólogo y botánico escocés conocido también por ser un pensador innovador en los campos de la planificación urbanística y la educación. Fue el responsable de la introducción del concepto de región en la arquitectura y por acuñar el término conurbación. Geddes compartía con John Ruskin la creencia de que el progreso social y la forma espacial están relacionados.

17 Para ampliar, véase el V Congreso Panamericano en Montevideo, de 1940, y el VI Congreso Panamericano en Cuzco y Lima, de 1947 (Huapaya Espinoza, 2014, p. 67).

18 Neira Alva recibe a John Turner en 1957 con el objetivo de establecer planes de desarrollo y autoconstrucción. Neira Alva observaba las barriadas no desde la crueldad de urbanizaciones clandestinas, sino desde el potencial de la planificación para el desarrollo y la autoconstrucción. Para ampliar, véase The squatter settlement: an architecture that works. Architecture of democracy. Architectural Design (1968).

19 Es de destacar la importancia del debate planteado en PREVI en momentos en los que adquiere visibilidad internacional, al aparecer en la exposición “Latin American Architecture since 1945” en el MoMA de Nueva York entre 1955 y 1956. Para ampliar, véase en Huapaya Espinoza (2014b, p. 329).