Salud mental, género y enseñanza remota durante el confinamiento por el COVID-19 en México


Alicia Saldívar-Garduño

https://orcid.org/0000-0002-6863-0944

Karol Esthefanya Ramírez-Gómez

Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, México


Correo electrónico: asaldivarg@gmail.com


Recibido: 28 de septiembre del 2020 / Aceptado: 21 de octubre del 2020 doi: https://doi.org/10.26439/persona2020.n023(2).5011


Resumen. Debido a la pandemia del COVID-19, causada por la aparición del nuevo virus SARS-CoV-2 en el mundo, y su posterior llegada a México, el 23 de marzo el Gobierno Federal y el Consejo Nacional de Salubridad declararon el inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia para prevenir la diseminación masiva del virus, la cual incluía la suspensión de las clases en todos los niveles. Ante esta situación, las comunidades escolares tuvieron que enfrentarse a un escenario incierto e inédito, teniendo que continuar las labores educativas de manera repentina por vía remota. Esto ha traído consigo modificaciones en los hábitos y las rutinas, así como alteraciones de la salud mental del personal académico y de estudiantes, quienes han resentido esta situa- ción experimentando estrés, cansancio y frustración, debido a la excesiva carga de trabajo, a la falta de habilidades tecnológicas y a carencias en la adaptación a la nueva normalidad. Asimismo, se ha dejado entrever claramente la desigualdad de género, que afecta de manera importante a las mujeres, debido a los múltiples roles que deben cumplir durante la cuarentena, como madres, estudiantes, cuidadoras del hogar y de personas enfermas.

Palabras clave: salud mental / género / enseñanza remota / contingencia / COVID-19


MENTAL HEALTH, GENDER AND REMOTE TEACHING DURING COVID-19 LOCKDOWN IN MEXICO


Abstract. Due to the COVID-19 pandemic caused by the emergence of a novel virus called SARS-CoV-2 in the world, and its subsequent arrival in Mexico, the Federal


Persona n.° 23 (2), diciembre 2020, ISSN 2309-9062, pp. 11-40


Government and the National Health Council declared on March 23 the start of the National Season of Healthy Distance to prevent the mass spread of the virus, which included the suspension of in-person classes at all levels. In this situation, school communities faced an uncertain and unknown scenario, and suddenly had to continue the educational work in a remote way. This scenario has led to changes in habits and routines, and has affected the mental health of both academic staff and students, who experience stress, tiredness and frustration due to the excessive workload, lack of technological skills, and gaps in adapting to “the new normal.” Gender inequality, which significantly affects women, has also been clearly seen because of the multiple roles they must play during quarantine as mothers, students, family caregivers and provi- ders of care for sick family members.

Keywords: mental health / gender / remote teaching / contingency / COVID-19


INTRODUCCIÓN: LA PANDEMIA POR EL COVID-19 EN MÉXICO


Como ya es de dominio público, el 31 de diciembre del año 2019, en la ciudad de Wuhan, China, se identificó un nuevo virus, de la familia de los coronavirus, el cual comenzó a diseminarse rápidamente en esa ciudad provocando las primeras muertes. Aun cuando el gobierno chino trató de contener los contagios confinando a su población y limitando la movilidad fuera de la ciudad, el virus se dispersó por todo el país y, después, a otras naciones asiáticas hasta llegar a Europa; a principios de este año, llegó a Estados Unidos, así como a otros países en el continente americano. Debido a este comportamiento del virus y de la epidemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) emitió una decla- ratoria de emergencia de salud pública de interés internacional en enero del 2020, y en marzo la catalogó como pandemia.

En México, el 27 de febrero del 2020 fue identificado el primer caso importado de coronavirus en un varón adulto que había viajado a Italia (“Coronavirus en México: confirman los primeros casos de covid-19 en el país”, 2020); a partir de ese momento, la epidemia avanzó, primero de manera lenta, pero después creció en forma exponencial. El 23 de marzo, el Gobierno Federal y el Consejo Nacional de Salubridad establecieron la Jornada Nacional de Sana Distancia (Gobierno de México, 2020) para evitar la dise- minación masiva, después de reconocer al coronavirus como una enfermedad grave de atención prioritaria. Con esta medida, se decretó la suspensión temporal de actividades catalogadas como no esenciales en el ámbito público, social y privado, durante un período que en principio se estimó en cuatro semanas, pero que se extendió por varios meses. Es decir que las personas que no realizaban actividades esenciales debían resguardarse en sus domicilios de manera preventiva y relativamente obligatoria (a diferencia de otros países, no se establecieron sanciones oficiales para quienes no respetaran la medida), y solo podrían salir para adquirir alimentos, artículos de limpieza y medicamentos. En esa fecha también se suspendieron las clases presenciales en todos los niveles escolares.

Durante el primer mes de la Jornada Nacional de Sana Distancia, las autoridades sanitarias reportaron una reducción de la movilidad del 67 % en promedio, y esta alcanzó hasta 82 % en algunas alcaldías de la Ciudad de México, con variaciones por tipo de actividad (“La contingencia redujo la movilidad en 67 % a nivel nacional, según el gobierno”, 2020):


Desde el principio de la pandemia, la mayoría de los casos de coronavirus se concentraron en la Ciudad de México por su densidad poblacional, y la alta movilidad nacional e internacional que la caracterizan. Además, gran parte de las personas infectadas en el país pertenecen al rango de edad de entre 30 y 59 años, y hay una mayor incidencia en la población masculina; las principales comorbilidades repor- tadas en las personas fallecidas son hipertensión, obesidad y diabetes (Suárez, Suárez Quezada, Oros Ruiz y Ronquillo de Jesús, 2020). El 1 de junio inició la reapertura social y económica gradual, regulada con un semáforo por regiones, lo que ha provocado que en muchos lugares las personas hayan abandonado ya el confinamiento. Al 22 de septiembre, la cantidad de contagios a nivel nacional fue de 705 263 personas, con 74 348 fallecimientos, lo cual muestra que, a pesar de los esfuerzos, el número de contagios sigue siendo muy alto (Secretaría de Salud, 2020).


Cambio de hábitos

La situación de confinamiento ha producido modificaciones importantes en los hábitos y en las rutinas de las personas alrededor del mundo. En primer lugar, la convivencia familiar pasó de ocurrir durante unas horas cada día a ser de tiempo completo a partir de la declaración de la emergencia sanitaria. Por otra parte, los espacios familiares se adaptaron para darles un uso escolar y laboral, pues el trabajo presencial se suspendió y comenzó la modalidad de trabajo a distancia o “teletrabajo”, de la misma manera que las clases presenciales en todos los niveles se suspendieron y dieron paso a las clases remotas o virtuales. Con todo esto, la realidad previa a la pandemia se transformó en una nueva normalidad.


Convivencia familiar

El trato de tiempo completo con la familia puede ser agobiante, pero también repre- senta una oportunidad para reducir el ritmo de vida frenético en el que las personas estábamos sumergidas antes de la pandemia. Esa situación ha traído consigo el reto de gestionar la crianza, la educación remota, el trabajo a distancia, los quehaceres domés- ticos y, en algunos hogares, también el cuidado de personas mayores o con discapacidad, principalmente a cargo de las mujeres. En opinión de Martínez (como se citó en Millet, 2020), estas dificultades deberían permitir que los miembros de la familia medien y negocien las emociones propias y las de los demás, así como otros estados como el aburrimiento, los gritos, las peleas y los conflictos que surjan ante esta situación inédita. Entre otras cuestiones, el autocontrol de las personas adultas se pone a prueba, y se genera la sensación de que deben solucionar todo, así se trate de enojos entre hermanas o hermanos, o cualquier otra eventualidad (Sanchís, 2020), lo que provoca estrés y desgaste. Un estudio realizado en los días posteriores al confinamiento por la contin- gencia sanitaria por el virus H1N1 en la Ciudad de México en abril del año 2009 mostró


que la convivencia forzada a la que se vio sometida la población contribuyó a reforzar las dinámicas familiares previas, y propició la aparición de tensiones y conflictos entre sus integrantes; además, ese evento evidenció los recursos con los que las familias contaban para manejar esa situación excepcional, así como una mayor o menor flexibilidad para ajustarse a los cambios, con variaciones obvias (Estrada Iguíniz, 2010).


Del trabajo presencial al “teletrabajo”

Como ya se ha mencionado, en el momento en que se declaró la Jornada Nacional de Sana Distancia, el 23 de marzo, se suspendieron todas las actividades no esenciales y millones de personas en el país dejaron de asistir a sus espacios de trabajo, para realizar sus actividades desde sus hogares. El home office o teletrabajo es una modalidad que ya existía en México antes de la pandemia, pero que con la crisis sanitaria se posicionó como una alternativa que permitió que un número importante de empresas pudieran continuar con sus labores y, al mismo tiempo, proteger a sus trabajadoras y trabajadores del contagio por coronavirus (Hernández y Juárez, 2020), porque ofrece una mayor flexi- bilidad y accesibilidad.

El teletrabajo ha mostrado tener otras ventajas, tales como un aumento en la productividad, un mejoramiento en la calidad de vida de los empleados y empleadas, una mayor eficiencia en los procesos de las empresas, y una contribución positiva al medio ambiente. Según datos de la agencia DW/Serban (como se citó en Sánchez, 2020), un estudio mostró que el 40 % de los trabajadores consideraba el teletrabajo como un equi- librio entre la vida personal y laboral, que había incrementado en 30 % la productividad individual de los colaboradores y en 10 % la colaborativa; por otro lado, al no invertir tiempo en el traslado del hogar al sitio de trabajo, se libera tiempo de vida personal1.

Antes de la pandemia, alrededor del 5 % de la población trabajadora en América Latina ya había adoptado el teletrabajo, y ese porcentaje aumentó de manera significa- tiva con el confinamiento. Su aplicación dependerá, sin embargo, de factores tales como la complejidad del negocio, la cantidad de empleados que tiene una empresa y el estado en que esta se encuentra respecto de la tecnología digital (DW/Serban, como se citó en Sánchez, 2020); a lo anterior hay que agregar el uso de las herramientas tecnológicas, el entrenamiento que se tenga y el hecho de contar con los recursos adecuados.

La empresa Citrix publicó los resultados de una encuesta (como se citó en

F. Hernández, 2020), en la que el 77 % de las personas que participaron admitieron que sus empresas tuvieron problemas para implementar el teletrabajo en poco tiempo,


image

  1. Sánchez (2020) cita datos de la Encuesta de Origen Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México, que indicaban que, en el año 2017, el 58,1 % de las personas tardaban entre 31 minutos y 2 horas en llegar a su trabajo.


    debido a la contingencia, pero también que el 56 % pensaba que ahora su horario es más flexible, y el 49 %, que esa modalidad aumenta la productividad, les permite tener tiempo para descansar, hacer ejercicio u otras actividades. El 59 % consideró que sus empresas tendrán después de la pandemia una cultura más digital, y el 44 %, que esta experiencia ayudará para que los líderes de sus organizaciones tengan más confianza en sus colabo- radores, y que mejorará la cultura de sus compañías.

    Aunque el teletrabajo tiene muchas ventajas, también presenta situaciones inde- seables. Una encuesta reportada por la revista Forbes (Hernández Armenta, 2020) reveló que si bien al principio la idea del home office entusiasmó a muchas personas, también ocurrió que, transcurridas unas semanas, comenzaron a surgir las siguientes inquietudes (Hernández Armenta, 2020):

  2. El video del conversatorio completo puede verse en https://www.youtube.com/watch?v

    =_z6lFQDbUJg


    Cuando señalan el PEER, como tal, me sentí un tanto más relajada porque, de alguna forma, yo trabajo y estudio... y por medio del trabajo se me dieron las herramientas para afrontar una cuestión de tanto tomar clases como dar clases en línea, entonces, de alguna forma eso me relajó. Sin embargo, también consideraba cuestiones como la familia, que también tiene que trabajar en línea a distancia y de alguna forma tener que acoplarnos a ello, porque de alguna forma uno tiene que organizar sus tiempos para no interrumpir los tiempos de los demás miembros de la familia... (Alumna de la licenciatura en Psicología Social)


    En otros reportes, hubo estudiantes que consideraron que no aprenden de la misma manera en la modalidad virtual que en la presencial, especialmente en materias de disci- plinas físico-matemáticas y ciencias naturales y exactas (Martínez Herrera, 2020), pues no pueden hacer las prácticas como en el laboratorio o en el aula de clase; también se quejaron de que sus profesores(as) les envían actividades en grandes volúmenes, así como de que les dan tareas que no entienden.


    Cómo evalúan los docentes de nivel superior la enseñanza remota

    Para los profesores y profesoras, el cambio repentino de los salones de clase físicos a las aulas virtuales, con poca o nula formación en el manejo de herramientas tecnoló- gicas, implicó adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias, pues no solo tenían que dictar una clase a través de una plataforma, sino también adecuar los contenidos, diseñar nuevos materiales y recurrir a recursos didácticos variados para facilitar la labor docente, además de diseñar y planificar actividades más adecuadas para la modalidad remota. En el estudio realizado por la organización Mextudia (2020), los 22 docentes que participaron declararon lo siguiente:

  3. Los resultados de la investigación pueden consultarse en https://percepcioncovid19mexico.word- press.com/

  4. La ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros futuros, indefinibles e imprevisibles; es una combinación de distintas manifestaciones físicas y mentales que no son atribuibles a peligros reales, sino que se revelan en forma de crisis, o bien como un estado persistente y difuso, pudiendo llegar al pánico; tiene un carácter anticipatorio, es decir, posee la capacidad de prever o señalar el peligro o amenaza para el propio individuo, confiriéndole un valor funcional importante (Sandín y Chorot, 1995, como se citó en Sierra, Ortega y Zubeidat, 2003).


  5. El estrés es una reacción fisiológica del organismo ante una situación que se percibe como amena- zante o como una demanda excesiva. Es decir que depende, por un lado, de las demandas del medio (tanto externo como interno) y, por otro, de la persona (Selye, 1935, como se citó en Pérez Martínez, 2017), lo cual genera, según Oblitas (2004, como se citó en Naranjo Pereira, 2009), respuestas orgánicas en la persona cuando se enfrenta a una situación percibida como amenazante. Resulta importante anotar que el estrés es influenciado por situaciones diarias, eventos vitales, y por los medios y recursos de los que disponga la persona en un determinado momento (Remor, 2006).


    padeciendo más efectos emocionales, asociados con la triple y cuádruple jornada, y preocupaciones económicas.

  6. La OMS (como se citó en Médicos del Mundo España, 2018) define a la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

  7. Los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) condujeron un estudio inter- nacional que señala que en la cuarentena las mujeres jóvenes con bajos ingresos son el perfil poblacional en mayor riesgo, al reportar 53 % de síntomas de depresión, 45 % de somatización y un 40 % de ansiedad. En cambio, el perfil en menor riesgo son los adultos mayores hombres con altos ingresos, quienes reportaron 11 % de síntomas de ansiedad, 11 % de depresión y 2 % en somatiza- ción (Pontificia Universidad Javeriana, 2020).


    de género, mayor tiempo de dedicación a los cuidados de otras personas, afectaciones graves a la salud física, mental, sexual y reproductiva, y una menor participación en espacios públicos y privados (UNESCO, ONU Mujeres y Plan Internacional, 2020). Con esto, se pone en riesgo el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), en parti- cular el ODS4, que se refiere al acceso a una educación de calidad e inclusiva, y el ODS5, relacionado con reducir la brecha de género (Amor Alameda, 2020), ya que la evidencia muestra que, ante una crisis humanitaria, las niñas y las mujeres sufren una mayor vulnerabilidad.

    Las docentes no escapan a esta realidad, ya que, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA-CIM, 2020), la emergencia derivada del COVID-19 está provocando impactos específicos sobre las mujeres y profundizando las desigualdades de género existentes, tanto al interior de los hogares como fuera de ellos. En este período, las mujeres no solo tienen que realizar más trabajo, sino que también están más expuestas a la violencia y a un menor acceso a servicios de salud, con una mayor afectación en su salud mental. La jornada laboral en modalidad remota o virtual ha intensificado las desigualdades, igual que los mandatos y estereotipos de género, entre otras razones, porque las mujeres dedican más tiempo al cuidado material, al cuidado económico y al cuidado psicológico de los miembros de la familia8, y también porque, comparativamente, las mujeres docentes tienen menos habi- lidades para el manejo de recursos tecnológicos que los varones, lo que hace más difícil para ellas conciliar la vida laboral, personal y familiar durante la pandemia (Enríquez, 2020; Instituto Nacional de las Mujeres, 2020).

    Al ser las mujeres las que más trabajan en esta temporada de COVID-19, como madres, profesionistas y cuidadoras, están más proclives a experimentar el “síndrome del quemado” o burnout, el cual solía ser exclusivo del ambiente laboral, pero que ahora se extiende hasta el hogar (“¿Cómo evitar el síndrome del burnout en cuarentena?”, 2020). Todo esto se asocia, frecuentemente, con ansiedad, hostilidad, ira, depresión o tristeza. Además, se produce una alteración del comportamiento, que abre paso al desarrollo de hábitos perjudiciales.

    Así, para las mujeres docentes, es difícil mantener una vida profesional plena, ejercer su derecho al cuidado de su familia, el libre desarrollo de su personalidad, su autocuidado, su formación, su descanso, el disfrute de su ocio y el tiempo libre (Enríquez, 2020). El confinamiento obstaculiza su ejercicio pleno de los derechos humanos, la


    image

  8. Un estudio realizado en España en los años 2000-2001, en el que se analizaron cuatro tareas domés- ticas y ocho tareas docentes, arrojó que las maestras dedicaban más tiempo a tareas domésticas que los maestros, que más de un tercio de los maestros atribuye la responsabilidad de las mismas a sus compañeras, mientras que muy pocas maestras (entre un 0 % y un 2,3 %) atribuyeron tal respon- sabilidad a sus compañeros (Rodríguez Hernández y Santana Bonilla, 2006).


    equidad de género y la justicia social. Por ejemplo, el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió que la pandemia interrumpió gravemente el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, y también limitó la capacidad de las autoridades para responder a la violencia de género9. Enríquez (2020) sostiene:

    […] desde el inicio de las medidas de aislamiento social, la saturación de centros de salud y el cierre de escuelas y guarderías, las cargas adicionales de trabajo de cuidados han recaído mayoritariamente en las mujeres, quienes, por lo general, tienen la responsabilidad socialmente construida de atender a familiares enfermos; personas mayores o con discapacidades, y la tutela de niñas, niños y adolescentes.


    Se calcula que el tiempo destinado al trabajo de cuidados es de 55 horas semanales en promedio en México, y este es asumido principalmente por mujeres (ENUT, 2014, como se citó en Enríquez, 2020).

    Las mujeres que realizan trabajo académico, así como las alumnas y otro tipo de trabajadoras universitarias, han tenido que trabajar, estudiar y cuidar al mismo tiempo, con jornadas intensas, que afectan el tiempo del que disponen para realizar el trabajo remunerado y no remunerado, así como para atender su salud e integridad física y emocional. Enríquez (2020) cita una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM en el 2019 sobre el impacto de las labores domés- ticas y cuidados en las trayectorias de las mujeres universitarias, la cual mostró que las académicas dedicaban un promedio de 24,1 horas semanales a las labores domésticas, mientras que los varones dedicaban 15,6 horas semanales a dichas tareas.

    Los varones suelen mantenerse distantes de los espacios domésticos, por lo que uno de los impactos que tuvo para ellos la pandemia fue el confinamiento en casa, con la familia, y convivir con esta a tiempo completo, lo cual ha significado para algunos “reconectarse” con sus esposas, hijas e hijos (Maestría en Estudios de Género, Universidad Autónoma de Nayarit, 2020), aunque reconocen que esto les ha permi- tido respirar un poco y modificar la fuerte dinámica de trabajo que tenían antes de la pandemia, reincorporarse a la dinámica de sus hogares y dejar de ser solo “visitantes nocturnos”. El confinamiento les ha llevado, en opinión de algunos, a repensar rela- ciones que vivían “a la distancia”. Reconocen que durante el tiempo que no salieron de sus domicilios se sintieron encerrados, y llegaron a resentir el aislamiento y a experi- mentar la necesidad de salir.


    image

  9. La Red Nacional de Refugios (RNR, 2020) reportó que “durante los primeros 5 meses de contin- gencia por covid-19 las atenciones en Refugios, Centros de Atención Externa, Casas de Emergencia y de Transición de la RNR se incrementaron 68 % […] 4 de cada 10 mujeres que se comunicaron a la RNR refirieron sufrir violencia física y el 51 % de las hijas e hijos fueron víctimas de agresiones mientras se quedaban en casa protegiéndose por la pandemia […]”.


    Algunos docentes varones retomaron recientemente una parte de sus labores académicas, con medidas de protección para evitar el contagio. Reconocen que al prin- cipio de la pandemia se confinaron en sus domicilios, pero, una vez que las actividades se fueron reactivando, comenzaron a salir, dejando a sus esposas al cuidado de sus hijos e hijas, casi hasta sentir que han recuperado su “vida cotidiana”. Acostumbrados a trabajar en sus unidades académicas, ya sea en los cubículos o en la biblioteca, a hacer trabajo de campo en comunidades, el encierro del inicio de la pandemia los sacó abruptamente de sus rutinas, y dedicaron unas semanas a solo estar con su familia y a tratar de procesar el cambio drástico que estaban experimentando. Tuvieron que aprender a organizar y gestionar el tiempo para realizar sus actividades académicas, y participar en el cuidado y el acompañamiento en la educación de sus hijas e hijos, así como en las tareas del hogar. Reconocen que esa nueva dinámica es cansada y desgastante, y también cayeron en la cuenta de que “no pueden controlar los tiempos de la casa”, y que no podían concentrarse en lecturas y redacción de documentos.

    Reconocieron que las actividades aumentaron mucho, por la preparación de clases en la modalidad virtual, así como por la producción de clips, videos y otros materiales; en algunos casos, conviven con parejas que también se dedican a la academia, lo que les demanda colaborar más en las tareas domésticas. No han podido organizar como quisieran sus horarios, y van atendiendo las necesidades como se van presentando; manifestaron que han tenido que adaptarse y organizarse de manera distinta para avanzar en sus tareas académicas, siendo conscientes de que no se pueden lograr los mismos objetivos que en las condiciones existentes antes de la pandemia.

    Entre las desventajas o afectaciones del confinamiento, mencionaron la falta de contacto con alumnas y alumnos, con colegas, la escasa posibilidad de realizar trabajo colaborativo, la mayor dificultad para realizar trámites administrativos, extrañar el contacto cara a cara y el ambiente de convivencia que tenían en la universidad, falta de concentración, no contar con un espacio en casa para la realización de las labores académicas, el retraso de los proyectos de investigación, la dificultad para coordinar con otros docentes e investigadores, la imposibilidad de abrir nuevas carreras o de actua- lizar los programas de estudio existentes.

    Los participantes en el conversatorio “Académicos desde casa” (Maestría en Estudios de Género, UAN, 2020) dijeron contribuir de manera activa y equitativa en las labores domésticas (barrer, trapear, lavar trastos y ropa, realizar trabajos escolares con sus hijas e hijos, hacer compras de víveres, realizar pagos en los bancos), y estar más presentes en el cuidado de personas adultas mayores, actividades que reconocen que no habían hecho con tanta frecuencia antes del confinamiento; dejaron entrever, sin embargo, que las mujeres (sus parejas) son quienes se encargan de preparar la comida casi en todos los casos y de cuidar a las niñas y los niños, y también que, en cuanto las


    condiciones lo permiten, salen de casa para atender sus propios pendientes, dejando el trabajo doméstico mayormente a cargo de las mujeres, quienes también están reali- zando trabajo remunerado desde sus hogares. Para varios de ellos, no fue fácil coordinar los tiempos del trabajo académico con el trabajo doméstico y el cuidado de sus familiares mayores. Una vez que logran ajustarse, hay académicos que no quieren volver a la diná- mica saturada de pendientes docentes, pues desean seguir conviviendo con su familia como lo han hecho durante el confinamiento. Asimismo, el confinamiento ha sido un desafío para la convivencia con la familia en espacios limitados, y tuvieron que negociar los conflictos a través del diálogo para preservar un ambiente favorable con la pareja, las hijas y los hijos, asignándoles mayores responsabilidades para un reparto más equi- tativo de las tareas domésticas.


    Posibles beneficios de la educación en modalidad remota

    Si bien las clases presenciales son irremplazables, la enseñanza remota también ha tenido ventajas. En primera instancia, el no exponer la salud de docentes y estudiantes, y cuidarles de la manera más eficaz que existe para no contagiarse de COVID-19, que es manteniéndose resguardadas(os) en casa (distanciamiento social). En segundo lugar, ha sido positivo no postergar la educación para la formación profesional de alumnos de licenciaturas o posgrados, propiciando un aprendizaje que incluye actividades lúdicas, creativas e innovadoras, incorporando internet como un medio de comunicación básico y relevante para el aprendizaje moderno. Otro beneficio que el ciberespacio ofrece es la flexibilidad con la que se puede trabajar (Vega Baeza y Durán Medina, 2013), es decir, los alumnos y alumnas pueden escoger los horarios que consideren convenientes para revisar los contenidos o realizar las actividades de sus materias; además, les permite trabajar en tiempo real o asincrónico con otros compañeros, y por medio de videoconfe- rencias se ha podido emular las clases presenciales, e incluso desempeñar una actividad laboral.

    Para los profesores y profesoras, la enseñanza remota les ha dado flexibilidad para organizar su trabajo, les ha demandado creatividad para la creación de contenidos y la programación de actividades, el aprender habilidades nuevas para el manejo de herra- mientas y recursos digitales, y les ha permitido pasar más tiempo con sus familias, o bien dedicar un espacio a actividades o aficiones que antes no podían realizar, como ejercicio, meditación, cocina, jardinería y otros, además de reducir el desgaste y el estrés provocados por los tiempos de traslado a la universidad.

    Asimismo, se ha dado una nueva relación entre alumnos y profesores, caracteri- zada por una interacción más personal y directa cuando las condiciones lo permiten; mediante el uso de recursos tecnológicos se favorece la integración y la cooperación, creando una interacción directa y la socialización de conocimientos, desarrollando una


    inteligencia colectiva, que podemos observar en las participaciones activas en los foros en línea y en los grupos de discusión, entre otros espacios. Esto implica que el papel de los estudiantes y del profesor o profesora toman otro horizonte: superando el tradicio- nalismo, los docentes dejan de ser expositores y pasan a ser mediadores del proceso educativo, mientras que los alumnos y alumnas asimilan, reflexionan y hacen suyo el conocimiento (Hermann Acosta, 2011). De este modo, a pesar de todos los inconvenientes que ha traído consigo la educación en modalidad remota, vale la pena ponderar también los beneficios.


    Elementos para mantener el bienestar psicológico10 y reducir la brecha de género durante el confinamiento

    Algunas acciones que se pueden implementar para tener una experiencia menos estre- sante durante el confinamiento y tratar de reducir la carga excesiva de trabajo son las siguientes:


    image

  10. Existen documentos con recomendaciones para que las familias cuenten con recursos que les permitan afrontar el confinamiento, por ejemplo, el de los Centros de Apoyo a las Familias del Ayuntamiento de Madrid (2020).


que se vayan reincorporando a sus actividades para evitar contagios.


CONCLUSIONES


En México, las clases en línea han sido un evento difícil que ha modificado nuestros hábitos y rutinas, así como la forma de tomar y ofrecer clases, a través del nuevo uso que adquirieron las tecnologías, aun cuando antes de la pandemia nuestras sociedades no estaban preparadas para el afrontamiento de las nuevas e inesperadas exigencias. Esto, en un inicio, generó angustia e incertidumbre, entre otras afectaciones a la salud mental, por las condiciones poco adecuadas que teníamos en nuestros hogares, con la falta de espacio, iluminación, ruido y carencia de recursos tecnológicos, especialmente en el caso de los estudiantes (Chacón, 2020). Como ha quedado expuesto, la carga de trabajo excesivo ha afectado especialmente a las mujeres por su rol en la familia como cuidadoras de los hijos, de personas enfermas y del hogar, exponiendo la desigualdad de género que prevalece en nuestra sociedad; algunos académicos han participado poco a poco en las tareas domésticas y de cuidado, aunque parecen gozar de mayores oportu- nidades para salir del confinamiento, o para regresar a una cotidianidad lo más parecida posible en las circunstancias actuales al estado previo a la pandemia. Asimismo, la convivencia familiar, al ser de tiempo completo, ha requerido del uso de habilidades de negociación de conflictos y de mediación de la expresión emocional, que se han tenido que desarrollar en el transcurso del confinamiento; los varones se han involucrado, en ocasiones en forma involuntaria, en el cuidado de los hijos y de las personas mayores, lo que les acerca afectiva y emocionalmente a sus familias, lo que constituye una expe- riencia emocional relativamente novedosa para ellos.

Es necesario que, a partir de esta experiencia, se valore la necesidad de la partici- pación igualitaria de las mujeres en los mecanismos de respuesta y recuperación de la crisis del COVID-19, la cual es importante en sí misma por razones de igualdad, justicia y democracia, sobre todo considerando que las mujeres representan la mitad de la pobla- ción en todos los países de América Latina, aportan perspectivas distintas y asumen con mayor liderazgo las necesidades diferenciadas de las mujeres. Es indispensable la participación igualitaria de las mujeres en la toma de decisiones para ofrecer respuestas efectivas y apropiadas a la crisis (Instituto Nacional de las Mujeres, 2020).


Algunos autores afirman que la educación virtual, remota o a distancia, era ya una tendencia que no hizo sino fortalecerse durante la pandemia y que permanecerá después de que este episodio de salud concluya. Las habilidades adquiridas tanto por la comunidad de estudiantes como por la de profesores constituyen recursos valiosos para enfrentar las demandas del futuro. Falta, sin embargo, imaginar un nuevo orden, más justo y equitativo, que permita a mujeres y varones reducir las brechas de género y gozar de sus plenos derechos, lo que sin duda impactará positivamente en su salud mental, pues cuando se comparten las tareas de crianza y de cuidado, y las labores domésticas se distribuyen de manera más equitativa, el estrés disminuye; cuando se reduce la carga excesiva de trabajo y se deja espacio para el descanso, el esparcimiento y la actividad física, mejoran los hábitos de sueño y la ansiedad también desciende; asimismo, cuando se cuida la alimentación y se restringe el consumo de alimentos y sustancias nocivas para la salud, hay una mayor sensación de bienestar.

Los expertos consideran que, de no desarrollar estrategias preventivas y de auto- cuidado durante el confinamiento, la siguiente pandemia será una relacionada con la salud mental, pues prevalecerán los cuadros de ansiedad, estrés, angustia, desespe- ranza e incluso depresión, los cuales pueden resultar discapacitantes (“Confinamiento podría provocar ansiedad o depresión en 45 % de los mexicanos”, 2020). De ahí la impor- tancia de tomar acción inmediata para proteger a nuestras comunidades docentes y de estudiantes, que se ven expuestas a niveles importantes de ansiedad y estrés durante el prolongado período de aislamiento social.

Este peculiar proceso de enseñanza y aprendizaje ha provocado el rechazo de una parte de los estudiantes, así como de algunos docentes (Martínez Herrera, 2020). Sin embargo, también se reconocen las ventajas de la enseñanza remota: flexibilidad, creatividad, desarrollo de la inteligencia colectiva, trabajo colaborativo, una resignifi- cación del rol de los profesores y de los estudiantes, y un replanteamiento del esquema tradicional de la enseñanza. Es real que en la modalidad virtual no se aprende de la misma manera que cuando se tiene la posibilidad de hacerlo presencialmente; sin embargo, la experiencia puede dejar como saldo un aprendizaje invaluable para todas las personas involucradas y una capacidad de resiliencia muy valiosa para enfrentar los retos venideros. La tarea docente en el futuro se verá muy beneficiada y enriquecida si nos proponemos ser personas más comprensivas, más flexibles, más pacientes, más solidarias, más empáticas.

A seis meses de iniciado el confinamiento, aún es incierto cuándo podremos volver a encontrarnos como solíamos hacerlo antes de la pandemia. Parece ser un hecho que no retornaremos durante mucho tiempo al estilo de vida que teníamos antes de la contin- gencia; la incertidumbre será lo que marque el futuro inmediato y el mediano plazo. Los seres humanos tenemos la capacidad para adaptarnos y hacer frente a la incertidumbre


que acompañará nuestro quehacer familiar y laboral mientras se desarrolla una vacuna o un tratamiento confiable contra el SARS-CoV-2. El trabajo académico no escapa a esa circunstancia, y las comunidades escolares harán uso de todas sus capacidades y recursos para adecuarse a la nueva realidad, con la ventaja y la fortaleza adquiridas con esta experiencia, que sin duda marcará la vida de varias generaciones durante mucho tiempo.


REFERENCIAS


Amor Alameda, A. (23 de abril del 2020). Igualdad de género y educación en tiempos del coronavirus. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2020/04/17/ planeta_futuro/1587133877_135712.html

Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. (20 de abril del 2020). Padecen estudiantes problemas de ansiedad ante confinamiento. Recuperado de http://www.cucs.udg.mx/noticias/archivos-de-noticias/padecen

-estudiantes-problemas-de-ansiedad-ante-confinamiento

Centros de Apoyo a las Familias del Ayuntamiento de Madrid. (2020). Guía para la convi- vencia familiar durante la crisis del COVID-19. Recomendaciones de los Centros de Apoyo a las Familias del Ayuntamiento de Madrid. Recuperado de https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/InfanciayFamilia/ EntidadesyOrganismos/CAF/EstadoAlarmaGuias/GuiaparalaConvivencia FamiliarCAF.pdf

Chacón, M. (5 de junio del 2020). Salud mental de los estudiantes, una víctima del aisla- miento. El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/vida/educacion/ como-esta-la-salud-mental-de-los-estudiantes-durante-el-aislamiento- 503892/

Chávez, V. (17 de agosto del 2020). Educación online de SEP dejó “fuera” a 55,7 % de alumnos en México. El Financiero. Recuperado de https://www.elfinanciero.com. mx/nacional/educacion-online-de-sep-inaccesible-para-55-7-de-alumnos-en- mexico

Comisión Interamericana de Mujeres, Organización de Estados Americanos (OEA-CIM). (2020). COVID-19 en la vida de las mujeres. Recuperado de http://www.oas.org/ es/cim/docs/ArgumentarioCOVID19-ES.pdf

¿Cómo evitar el síndrome del burnout en cuarentena? (30 de junio del 2020). Infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/tendencias/talento-y-liderazgo/2020

/06/30/como-evitar-el-sindrome-del-burnout-en-cuarentena/


Confinamiento podría provocar ansiedad o depresión en 45 % de los mexicanos. (3 de abril de 2020). Agencia EFE. Recuperado de https://www.efe.com/efe/america/ sociedad/confinamiento-podria-provocar-ansiedad-o-depresion-en-45-de- los-mexicanos/20000013-4212280

Contreras-Ibáñez, C. C., Flores González, R., Reynoso-Alcántara, V., Pérez-Gay Juárez, F., Castro López, C., y Martínez, L. (2020). Estrés, al inicio de la pandemia por covid-

19. Entorno UDLAP, edición especial, 102-119.

Coronavirus en México: confirman los primeros casos de COVID-19 en el país. (29 de febrero del 2020). BBC News Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/ mundo/noticias-america-latina-51677751

Cortez Herrera, P., Serrano Fragoso, M., y Fonseca Campos, J. (2020). Competencias necesarias para un profesor actual: de clases presenciales a clases en línea. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/343486240_COM PETENCIAS_NECESARIAS_EN_UN_PROFESOR_ ACTUAL_DE_CLASES_ PRESENCIALES_A_CLASES_EN_LINEA

Enríquez, L. (2 de septiembre del 2020). Mujeres universitarias y la sobrecarga del trabajo de cuidados durante la pandemia. Animal Político. Recuperado de https:// www.animalpolitico.com/blog-invitado/mujeres-universitarias-sobrecarga- trabajo-de-cuidados-pandemia/

Escotto, V. (31 de marzo del 2020). Estos son los retos de la educación a distancia ante un panorama de coronavirus en México. Business Insider México. Recuperado de https://businessinsider.mx/esretos-educacion-a-distancia-ante-un-panorama

-de-coronavirus-en-mexico-blended-learning/

Estrada Iguíniz, M. (2010). Convivencia forzosa. Experiencias familiares durante la emer- gencia sanitaria por el virus de la influenza humana A (H1N1) en la Ciudad de México. Desacatos, 32, 109-118. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/ desacatos/n32/n32a8.pdf

García Sánchez Madrid, M. (27 de abril del 2020). Los efectos del confinamiento en los universitarios, a examen. Agencia EFE. Recuperado de https://www.efe.com/ efe/espana/efefuturo/los-efectos-del-confinamiento-en-universitarios-a- examen/50000905-4232304

Gobierno de México. (2020). Jornada Nacional de Sana Distancia. Recuperado de https:// www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/541687/

González-Jaimes, N. L., Tejeda-Alcántara, A. A., Espinosa-Méndez, C. M., y Ontiveros- Hernández, Z. O. (2020). Impacto psicológico en estudiantes universitarios mexicanos por confinamiento durante la pandemia por covid-19. Preprint, versión

1. https://doi.org/10.1590/SciELOPreprints.756


Hermann Acosta, A. (2011). Pedagogía del ciberespacio: hacia la construcción de un conocimiento colectivo en la sociedad red. Sophia: Colección de Filosofía de la Educación, 11, 83-103.

Hernández, F. (1 de julio del 2020). 49 % de los mexicanos cree que el home office aumenta la productividad. Centro Urbano. Recuperado de https://centrourbano. com/2020/07/01/mexicanos-home-office-productividad/

Hernández, G. (16 de mayo del 2020). #DíaDelMaestro: La odisea de la educación virtual forzada por el coronavirus. Factor Capital Humano. Recuperado de https:// factorcapitalhumano.com/carrera/diadelmaestro-la-odisea-de-la-educacion- virtual-forzada-por-el-coronavirus/2020/05/

Hernández Armenta, M. (12 de junio del 2020). El desencanto del home office: trabajar a distancia no es lo que todos esperaban. Revista Forbes México. Recuperado de https://www.forbes.com.mx/tecnologia-desencanto-homeoffice/

Hernández, G., y Juárez, B. (2020). Home office y el experimento en tiempos de coro- navirus, ¿llegó para quedarse? Factor Capital Humano. Recuperado de https:// factorcapitalhumano.com/mundo-del-trabajo/home-office-y-el-experimento- en-tiempos-de-coronavirus-llego-para-quedarse/2020/04/

Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad. (2020). La Ibero presenta la encuesta de seguimiento de los efectos del covid en el bienestar de los hogares mexicanos #ENCOVID19. Recuperado de https://ibero.mx/sites/default/files/ comunicado_encovid-19_completo.pdf/

Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Secretaría de Comunicaciones y Transportes e Instituto Federal de Telecomunicaciones. (2020). En México hay 80,6 millones de usuarios de internet y 86,5 millones de usuarios de teléfonos celulares: ENDUTIH 2019 [comunicado de prensa]. Recuperado de https://www.inegi.org. mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2020/OtrTemEcon/ENDUTIH_2019.pdf/

Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE). (2018). Encuesta de tendencias juveniles 2018. Recuperado de https://www.injuve.cdmx.gob.mx/storage/app/uploads/ public/5c8/eab/e5b/5c8eabe5b9ef1297714358.pdf

Instituto Nacional de las Mujeres. (2020). La desigualdad de género llegó mucho antes que la pandemia. Recuperado de https://www.gob.mx/inmujeres/articulos/ la-desigualdad-de-genero-llego-mucho-antes-que-la-pandemia?idiom=es

Juárez, B. (23 de junio del 2019). Reglamentan home office como modalidad formal de trabajo en México. Factor Capital Humano. Recuperado de https:// factorcapitalhumano.com/leyes-y-gobierno/reglamentan-home-office-como- modalidad-formal-de-trabajo-en-mexico/2019/06/


La contingencia redujo la movilidad en 67 % a nivel nacional, según el gobierno. (21 de abril del 2020). Expansión Política. Recuperado de https://politica.expansion. mx/mexico/2020/04/21/las-contingencia-redujo-la-movilidad-en-67-a-nivel- nacional-segun-el-gobierno

Maestría en Estudios de Género, Universidad Autónoma de Nayarit (UAN). (Productor). (2020). Conversatorio “Académicos desde casa” [archivo de video]. Recuperado de https://www.facebook.com/MEGUAN1/videos/698614990979170/

Martínez Herrera, G. (2020). La enseñanza y el aprendizaje fuera del aula en tiempos de confinamiento. UGreka! Recuperado de https://www.ugto.mx/eugreka/contribu ciones/225-la-ensenanza-y-el-aprendizaje-fuera-del-aula-en-tiempos-de- confinamiento

Médicos del Mundo España. (10 de octubre del 2018). ¿Qué es la salud mental y el apoyo psicosocial? Recuperado de https://www.medicosdelmundo.org/actualidad-y- publicaciones/noticias/que-es-la-salud-mental-y-el-apoyo-psicosocial

Mextudia. (2020). ¿Cómo afectó el confinamiento a estudiantes y profesores? Recuperado de https://mextudia.com/como-afecto-el-confinamiento-a-estudiantes-y-profe sores/

Millet, E. (22 de marzo del 2020). La pandemia de coronavirus pone a prueba a la familia. La Vanguardia Magazine. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/ magazine/20200322/474261347020/pandemia-coronavirus-familia-parenting- confinamiento.html

Moreno, T. (8 de enero del 2020). Regresan a clases más de 32 millones de alumnos.

El Universal. Recuperado de https://www.eluniversal.com.mx/nacion/regresan

-clases-mas-de-32-millones-de-estudiantes

Naranjo Pereira, M. L. (2009). Una revisión teórica sobre el estrés y algunos aspectos relevantes en el ámbito educativo. Revista Educación, 33(2), 171-190.

Navarrete, S. (12 de junio del 2020). Regular el home office, el pendiente que el covid-19 destapó en la CDMX. Expansión Política. Recuperado de https://politica.expan sion.mx/cdmx/2020/06/12/regular-el-home-office-el-pendiente-que-el-covid- 19-destapo-en-la-cdmx

Nepote González, A. C., Posada de la Concha, J. M., Tarhuni Navarro, D., Varguez Ramírez, M., Hernández-Stefanoni, J. L., y Saldívar Chávez, M. A. (2020). COVID-19, lo que los mexicanos percibimos de esta enfermedad. Saber Más. Revista de Divulgación de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Recuperado de https://www.sabermas.umich.mx/secciones/articulos/891- covid-19-lo-que-los-mexicanos-percibimos-de-esta-enfermedad.html?fbclid

=IwAR0vuq34Y-CKzMWi5_RC-Rr-7YAEBN39vBOzK8BJY29Kd9cPU3mqUK41afk


Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020). Brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19). Recuperado de https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel

-coronavirus-2019

Pérez Martínez, J. (2017). Capítulo 1. ¿Qué es el estrés? En Trata el estrés con PNL (pp. 19-22). Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces. Recuperado de https:// www.cerasa.es/media/areces/files/book-attachment-1677.pdf

Pontificia Universidad Javeriana. (6 de agosto del 2020). Ansiedad y depresión, “verdugos” de los jóvenes en la pandemia. Pesquisa Javeriana. Recuperado de https://www. javeriana.edu.co/pesquisa/tag/salud-mental/

Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (13 de julio del 2020). ¿Qué significa la COVID-19 para las mujeres? [mensaje en un blog]. Recuperado de https://www.undp.org/content/undp/es/home/blog/2020/what-does-corona- virus-mean-for-women.html

Red Nacional de Refugios (2020). De los discursos a los hechos: “Violencias contra las mujeres y la ausencia de políticas gubernamentales para garantizar una vida libre de violencias antes y después del COVID-19”. Ciudad de México: Autor. Recuperado de https://drive.google.com/file/d/1OdKgbLL4y335UFZdBxV5cVaX DcQ1K2I1/view?fbclid=IwAR1AjlLYnm5c3Jq_JrHlSs36Gz6QvE0YUUj9u_uWZv_ oyWJbGCiaYUTnOLs

Remor, E. (2006). Psychometric properties of a European Spanish Version of the Perceived Stress Scale (PSS). The Spanish Journal of Psychology, 9, 86-93.

Rivera, R. (9 de abril del 2020). Covid-19 puede provocar condición patológica de ansiedad. Milenio. Recuperado de https://www.milenio.com/content/salud-y-nutricion/ evita-la-ansiedad-durante-la-cuarentena

Rodríguez Hernández, J. A., y Santana Bonilla, P. J. (2006). Maestras y maestros: un análisis de la distribución de tareas docentes y domésticas. Revista de Educación, 340, 873-922.

Sánchez, A. (27 de junio del 2020). Home office, nueva normalidad laboral. El Universal. Recuperado de https://www.eluniversal.com.mx/cartera/home-office-nueva- normalidad-laboral-despues-del-coronavirus

Sanchís, S. (2020). La convivencia familiar en tiempos de pandemia. Cómo preservar el autocontrol y manejar el conflicto [mensaje en un blog]. Recuperado de https:// caxtoncollegeschoolblog.caxtoncollege.com/2020/04/06/la-convivencia

-familiar-en-tiempos-de-pandemia-como-preservar-el-autocontrol-y-manejar

-el-conflicto-family-life-in-times-of-pandemic-how-to-preserve-self-control- and-manage-conflict/


Secretaría de Salud. (2020). COVID-19 México. Información general. Dirección General de Epidemiología. Recuperado de https://coronavirus.gob.mx/datos/

Sierra, J., Ortega, V., y Zubeidat, I. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar. Revista Mal-estar e Subjetividade, 3(1), 10-59.

Suárez, V., Suárez Quezada, M., Oros Ruiz, S., y Ronquillo de Jesús, E. (2020). Epidemiología de COVID-19 en México: del 27 de febrero al 30 de abril de 2020. Revista Clínica Española, 220(8), 463-471. https://doi.org/10.1016/j.rce.2020.05.007

UNESCO, ONU Mujeres y Plan Internacional. (2020). Género, educación y COVID-19. ¿Conse- cuencias para niñas y adolescentes? Recuperado de https://es.unesco.org/sites/ default/files/plan-internacional-onumujeres-genero-educacion-covid-19.pdf

Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) (productor). (2020). Conversatorio “Salud mental y docencia remota” [archivo de video]. Recuperado de https://www. youtube.com/watch?v=iXOo93yA-qo

UAM Iztapalapa Oficial (productor). (2020). Conversatorio: “Experiencias de docentes, alumnas y alumnos UAMI en PEER” [archivo de video]. Recuperado de https:// www.youtube.com/watch?v=_z6lFQDbUJg&t=2285s

Valadez, B. (21 de abril del 2020). ¿Qué es el síndrome de la cuarentena ante COVID-19? Milenio. Recuperado de https://www.milenio.com/ciencia-y-salud/sindrome- de-cuarentena-por-covid-19-que-es-y-cuales-son-los-sintomas

Vega Baeza, M. R., y Durán Medina, J. F. (2013). El ciberespacio y la educación: ¿una peda- gogía de la rentabilidad? Debilidades y fortalezas. Estudios sobre el Mensaje Periodístico, 19, 1077-1084.