Lima imaginada: proyectos no
construidos en Lima publicados en la
revista Ciudad y Campo, 1924-1930

Imagined Lima: unbuilt projects in Lima published
in the magazine Ciudad y Campo, 1924-1930

Fredy Quispe Aguilar

Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú
https://orcid.org/0009-0006-5311-2622

Recibido: 30 de agosto del 2024

Aprobado: 24 de enero del 2025

doi: https://doi.org/10.26439/limaq2025.n015.7187

La revista Ciudad y Campo fue publicada durante el denominado oncenio de Leguía (1919-1930), entre los años 1924 y 1930. En los 48 números de la revista se publicaron artículos que incluían proyectos de gran valor arquitectónico y urbanístico que finalmente no llegaron a construirse. El objetivo de la presente investigación es exponer y determinar el valor de los proyectos no construidos en una ciudad de Lima que, según la revista Ciudad y Campo, buscaba ser la capital de las costas del Pacífico oeste. Así mismo, se quiere resaltar la importancia del contenido de la revista Ciudad y Campo para la historia de la arquitectura en el Perú. La metodología propuesta se basa en la revisión documental de la revista, selección de muestra y uso de las técnicas de recolección de datos de análisis documental y de contenido. Es una investigación documental de tipo mixta; los datos recolectados se procesan y se analizan por inducción y deducción. Los resultados de la investigación reafirman la significación de los proyectos no construidos publicados en Ciudad y Campo, y su valor como publicación periódica con contenido de arquitectura y urbanismo a inicios del siglo xx.

Ciudad y Campo, Lima, oncenio de Leguía, proyectos no construidos

The magazine Ciudad y Campo was published during the Oncenio de Leguía (1919-1930), between 1924 and 1930. In the 48 issues of the magazine, articles were published that included projects of great architectural and urban planning value that ultimately did not reach to be built. The objective of this research is to expose and determine the value of unbuilt projects in a city of Lima that, according to Ciudad y Campo, sought to be the “capital of the western Pacific coasts”. Likewise, it highlights the importance of the content of Ciudad y Campo magazine for the history of architecture in Peru. The proposed methodology is based on the documentary review of the magazine, sample selection and use of data collection techniques of documentary and content analysis. It is a documentary research of a mixed type; the data collected are processed and analyzed by induction and deduction. The results of the research reaffirm the significance of the unbuilt projects published in Ciudad y Campo, and their value as a periodical publication with architecture and urban planning content at the beginning of the 20th century.

Ciudad y Campo, Lima, Leguia's oncenio, unbuilt projects

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INTRODUCCIÓN

La revista Ciudad y Campo fue una publicación periódica con contenido de arquitectura y urbanismo que circuló entre los años 1924 y 1930. Ciudad y Campo se desprendió del periódico de habla inglesa The West Coast Leader y fue editada inicialmente por C. N. Griffis, estadounidense que también fue secretario del presidente Augusto B. Leguía. La revista publicó 48 números y un suplemento. El fin de Ciudad y Campo coincidió con la caída del régimen leguiísta y el ascenso al poder de Luis Miguel Sánchez Cerro. A pesar de los esfuerzos de simpatizar con el gobierno de turno, finalmente la revista fue sacada de circulación en 1930.

Durante los seis años de circulación de Ciudad y Campo se publicaron sendos artículos, planos, imágenes y anuncios publicitarios de gran valor arquitectónico y urbanístico. En la revista se publicaron los proyectos más importantes que se estaban construyendo en Lima y el Perú. Se destaca la presencia de autores como Emilio Harth-Terré, Héctor Velarde, Luis Varela y Orbegoso, Alberto Alexander, Werner Benno Lange, Mary Doris Clark, entre otros. La revista brinda una mirada de una Lima en proceso de modernización, de la cual se señalaba que buscaba ser la capital de las costas del Pacífico oeste.

La revista Ciudad y Campo también publicó proyectos que finalmente no se llegaron a construir. Los proyectos, que aspiraban a ser los más modernos e importantes del Perú, fueron utopías de una Lima futura y estaban destinados a ser íconos o referentes nacionales. Se concibieron en un contexto de expansión y desarrollo urbano del país, por lo que reflejan las intenciones y ambiciones que existieron en Lima a inicios del siglo xx, bajo el mandato de Leguía. Así mismo, fueron referentes para proyectos futuros y de gran repercusión para la cultura arquitectónica y la historia de la arquitectura.

Entre los proyectos más importantes se encuentran el Gran Casino Hotel de Magdalena, el nuevo Palacio de Justicia, la basílica de Santa Rosa, el nuevo Palacio Municipal, edificios penitenciarios, entre otros. Estos proyectos, de haberse construido, habrían sido de los más importantes de la capital. Rescatar la memoria histórica arquitectónica y urbana de Lima es de gran importancia para entender a la Lima actual y valorar las ideas que se tuvieron. Así mismo, constituyen un aporte para la historia de la arquitectura y urbanismo en Lima y el Perú de inicios del siglo xx, pues nos permiten imaginar una Lima que pudo ser y también rescatar el valor documental de una revista tan relevante como Ciudad y Campo.

DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

La arquitectura y urbanismo de inicios del siglo xx —específicamente del periodo comprendido entre 1919 y 1930, durante el oncenio de Leguía— ha sido abordado y estudiado por varios investigadores, como Wiley Ludeña, Manuel Cuadra, Elio Martuccelli, José García Bryce, José Beingolea del Carpio, Juan José Pacheco, Juan Luis Orrego, entre otros. Sin embargo, la mayoría de estudios se ha centrado en las edificaciones y proyectos construidos. Actualmente existe un vacío de investigaciones que aborden y analicen a profundidad los proyectos que no llegaron a construirse en Lima y el Perú. El estudio de los edificios no construidos complementaría la historia de la arquitectura y nos daría una idea de la Lima que pudo ser, así como de ambiciosos edificios que se proyectaron a ser los más relevantes del país y de la región.

En el ámbito internacional, las utopías de ciudades y edificios han estado presentes en proyectos como los de Viollet-Le-Duc o la corriente Archigram. Como señala Tepedino (2014), hablar de arquitectura y utopía supone hablar de una paradoja, ya que etimológicamente el término utopía se refiere al no-lugar o a lo no existente, mientras que el término arquitectura es construir edificaciones que generan espacios y lugares que antes no estaban allí. Por lo tanto, en el discurso de los proyectos no construidos se sigue teniendo la misma dicotomía, en la cual el propio uso del término utopía evoca una idealización o aspiración de edificio o ciudad. Internacionalmente, el tema de las utopías ha tomado mayor relevancia y vigencia como medio para pensar y hacer arquitectura.

En Perú, son pocos los trabajos que abordan el estudio de revistas periódicas con contenido de arquitectura y urbanismo. La revista más conocida y estudiada es El Arquitecto Peruano, pionera en el Perú y la publicación periódica especializada más importante del siglo xx. Poco se conoce de las revistas antecesoras a El Arquitecto Peruano, las cuales no fueron especializadas en arquitectura, pero sí albergaron gran contenido de arquitectura y urbanismo en sus páginas. Estas publicaciones periódicas son una invaluable fuente documental para la historia de la arquitectura en el Perú y entre las más importantes se encuentran: Ciudad y Campo, Mundial, El Perú Ilustrado, Amauta, Prisma, Informaciones y Memorias de la Sociedad de Ingenieros del Perú, entre otros.

ESTADO DEL ARTE

Sobre Ciudad y Campo solo se ha escrito un artículo publicado en la revista TECNIA (Delgado Galimberti, 2008a), el cual se desprendió de la tesis de maestría de Luis Delgado Galimberti titulada Contribución teórica en los temas de arquitectura y ciudad tratados en la revista Informaciones y Memorias de la Sociedad de Ingenieros del Perú entre 1899 y 1937 (Delgado Galimberti, 2008b). Autores como Martuccelli y Luis Antonio Benavides ubican a Ciudad y Campo dentro de la historia de las revistas de arquitectura, pero ninguno realiza mayor análisis del contenido de la revista. Autores como Ludeña, Cuadra, Beingolea, Ortiz de Zevallos y Ledesma han citado artículos publicados en Ciudad y Campo, sin tampoco llegar a analizar la revista en su conjunto. El único antecedente internacional sobre Ciudad y Campo es el trabajo de Almandoz (2003), el cual señala a la revista como una de las primeras en abordar temas de urbanismo en el Perú.

Sobre los proyectos no construidos que se publicaron en la revista Ciudad y Campo no existe ningún trabajo publicado que aborde específicamente el tema. Autores como Juan Luis Orrego, Juan José Pacheco y Juan Arévalo Miró Quesada han escrito sobre proyectos que no se llegaron a construir en Lima (incluso mencionan proyectos como la basílica de Santa Rosa y el Palacio de Justicia); sin embargo, para la reconstrucción imaginada de estos proyectos utilizan diversas fuentes. La presente investigación busca exaltar específica y exclusivamente el contenido de los proyectos no construidos publicados en Ciudad y Campo, lo cual será de gran aporte y complemento a estudios ya hechos sobre los mencionados edificios y brindará una mirada de Lima y el Perú a partir de una fuente documental como la revista.

Sobre la idea de utopías, existe gran bibliografía de índole internacional, de autores como Tepedino, García Ríos, Arias, Candia-Cáceres, Landaeta, Contandriopoulos, Millet, entre otros, así como relevantes proyectos como los desarrollados por Constant, Archigram, Viollet-Le-Duc, Cook, Allen, Smout, Pearson, Youkhana y, en versiones más recientes, OMA-AMO. El propio concepto de utopía se relaciona con las ideas de arquitectura y, justamente, en la presente investigación se busca determinar la relevancia de tales ideas para la historia de la arquitectura peruana y la construcción de utopías en Lima y el Perú de inicios del siglo xx. En el caso específico de New Babylon, esta fue una utopía de ciudad nómade elaborada desde dibujos, pinturas y modelos en los que predominaba el funcionalismo moderno (Arias et al., 2018).

La utopía, como idea que impulsa la arquitectura y cómo se representa en proyectos, es un tema aún poco tratado por los historiadores y teóricos peruanos. La idea de la utopía se aborda a partir del análisis de los proyectos no construidos en Lima. El imaginar cómo hubieran influido estos proyectos en el panorama arquitectónico peruano y latinoamericano nos invita a pensar e imaginar un futuro posible.

METODOLOGÍA

La presente investigación se centra en el estudio referido al contenido de temas de arquitectura y urbanismo publicados en los 48 números y un suplemento de la revista Ciudad y Campo entre 1924 y 1930. Específicamente, la investigación aborda los artículos, imágenes, planos y anuncios publicitarios de los proyectos no construidos. En una primera instancia, se clasificó el contenido para, posteriormente, describir las características, analizar el contenido y, finalmente, determinar e interpretar el valor de los proyectos de arquitectura y urbanismo no construidos para la historia, tanto de las publicaciones periódicas como de la arquitectura peruana. El enfoque de la presente investigación es de tipo mixto y tiene un diseño de aproximación documental, ya que el proceso se basa en la búsqueda, análisis e interpretación de datos a partir de una fuente primaria. El universo de estudio es la revista Ciudad y Campo y la muestra específica es el contenido de los proyectos no construidos en Lima y el Perú. Al ser una investigación mixta, los métodos utilizados son el deductivo y el inductivo. Se han utilizado las técnicas de recolección de datos de análisis documental y análisis de contenido. Así mismo, los datos se procesaron a partir de su clasificación, registro y tabulación.

La selección de los tres proyectos analizados corresponde a que estos fueron los más publicados por Ciudad y Campo y su contenido posee valor gráfico e informativo. Así mismo, la calidad arquitectónica y la relevancia urbana de los tres proyectos son determinantes en su selección y análisis. La principal limitación de la investigación es que se basa únicamente en el contenido de Ciudad y Campo; es decir, no se utilizan otras fuentes primarias para ampliar la cantidad de proyectos no construidos o para profundizar en la información sobre aquellos seleccionados. Se recomienda, para futuras investigaciones, ampliar la cantidad de fuentes documentales primarias consultadas, tales como revistas, periódicos, planos y archivos originales, con la intención de incrementar la información y cantidad de proyectos no construidos durante la llamada “patria nueva”.

LIMA: CAPITAL DE LAS COSTAS DEL PACÍFICO OESTE
(1924-1930)

La ciudad de Lima tuvo su primera etapa de expansión del siglo xx durante el denominado oncenio de Leguía (1919-1930). La “patria nueva” buscaba la modernización del Perú y Lima fue la ciudad en la que más proyectos de arquitectura y urbanismo se desarrollaron. Como menciona Basadre: “Gran parte de la actual estructura urbana de Lima surgió entre 1919 y 1930 o ha provenido del impulso entonces iniciado” (2005, p. 127). Lima pasó a duplicar su población y su área urbana desde el inicio al fin del régimen leguiísta. Augusto B. Leguía tuvo un especial interés por Lima, a la cual buscaba convertir en la capital de las costas del Pacífico oeste. Como señala Ludeña (2002):

De una u otra forma, casi todos los gobernantes del Perú han tenido en la ciudad de Lima a uno de sus objetos preferidos de intervención. Pero si realmente existe alguien para quien esta relación tuvo el sentido de una relación vital desde el punto de vista no solo de la existencia política, económica o cultural, este es Leguía. (p. 40)

Este periodo también se caracterizó por la hegemonía del concreto armado y por la relevancia de empresas constructoras como The Foundation Company y Fred T. Ley and Company. La arquitectura atravesó por un proceso de cambio y modernización, como señala Martuccelli: “La arquitectura de esta década en Lima refleja un panorama heterogéneo. Perduraban aún tendencias academicistas y eclécticas de las décadas anteriores” (2006, p. 261). A nivel urbano, se inauguraron las importantes avenidas Leguía, Costanera y El Progreso. Así mismo, se pavimentaron las avenidas Brasil, Grau y la mayoría de las calles de la capital. Se construyeron más de 34 nuevas urbanizaciones, entre las que se encontraban San Isidro, Chorrillos y Miramar. Estos proyectos fueron determinantes en la actual estructura urbana de Lima (véase la Figura 1). Las urbanizaciones desarrolladas no proyectaron áreas destinadas a espacios públicos ni áreas verdes, lo cual puede explicar, en parte, la actual ausencia de espacios de afirmación e identificación ciudadana (Quispe, 2020). Lima estaba materializando, en obras de infraestructura, vialidad y edificación, las ideas modernizadoras de Leguía. El presidente tenía una visión o utopía sobre el Perú y quería alcanzarla a partir de la construcción de edificios relevantes para la capital.

La modernización buscada por Leguía estuvo estrechamente hilada al ingreso de capital extranjero al país, el cual era principalmente norteamericano. Como señala Clayton (2002), el oncenio de Leguía fue el periodo de mayor cooperación entre Estados Unidos y el Perú. Así mismo, la coincidencia de las celebraciones por el centenario de la Independencia del Perú en 1921 y la batalla de Ayacucho en 1924, propició la construcción de monumentos, edificios y espacios urbanos conmemorativos, la gran mayoría a partir de donaciones extranjeras.

En este periodo, la relación entre el Gobierno y los medios de comunicación fue tensa. Leguía no toleraba la crítica de la prensa, por lo que no dudó en ensañarse con el periodismo opositor. Por otro lado, el régimen leguiísta financiaba a los medios que lo apoyaban, generando así una dictadura en cuanto a medios de comunicación se refiere. En el caso de Ciudad y Campo, la revista no fue utilizada para desinformar a sus lectores ni para alabar al régimen leguiísta, pero nunca le fue incómoda al Gobierno.

CIUDAD Y CAMPO: MIRADA SOBRE LIMA Y EL PERÚ (1924-1930)

La revista Ciudad y Campo documentó el rápido proceso de expansión urbana de Lima y la construcción de los principales edificios en la capital. Los principales temas que abordó fueron las empresas constructoras norteamericanas, los primeros rascacielos o edificios de altura en el Perú, los edificios que buscaron modernizar Lima, la vivienda, la restauración de edificaciones emblemáticas, edificaciones coloniales, edificaciones republicanas, materiales de construcción, ideas de arquitectura, las nuevas urbanizaciones en Lima, las nuevas avenidas y calles, los nuevos espacios públicos y las ideas de urbanismo. La revista buscó exaltar las principales construcciones que se daban en Lima sin incomodar al gobierno de Leguía, ya que Griffis fue el secretario del presidente y el Gobierno aseguró la circulación de la revista como medio de propaganda y difusión de sus principales obras.

La revista enfocó los principales cambios en las edificaciones a partir de una mirada de progreso y modernización con la construcción de edificios altos e importantes edificios públicos y sociales. La introducción del ascensor, la hegemonía del concreto armado y la llegada de importantes constructoras norteamericanas, hicieron posibles los cambios arquitectónicos en la ciudad. Héctor Velarde publicó un interesante artículo sobre los distintos usos del concreto armado (1928), así como otro titulado “El adobe (R. I. P.)” (1930), en el cual señala la necesidad del cambio de material al concreto armado. Emilio Harth-Terré (1928) esbozó interesantes ideas sobre estilos o diseños de viviendas unifamiliares aplicadas a distintas regiones del Perú y Mary Doris Clark, la primera arquitecta colegiada en el Perú, escribió un artículo sobre las construcciones coloniales y su gran valor arquitectónico (1930). Entre los edificios más importante de esta etapa, la revista destacó al Club Nacional diseñado por Malachowski, los bancos Anglo Sudamericano e Italiano, ambos construidos por Fred T. Ley y Cía., el edificio Gildemeister construido por la Compañía General de Construcciones del Perú y el Banco de Reserva del Perú, construido por The Foundation Company (véase la Figura 2).

Ciudad y Campo remarca la expansión urbana de la ciudad de Lima, impulsada principalmente por la pavimentación y la creación de nuevas avenidas y urbanizaciones. Este periodo fue un proceso de rápido desarrollo urbano en un corto periodo de tiempo. Como señala Cuadra, “de ser una capital fina pero pequeña, artificialmente elegante a
la vez que un poco provinciana, Lima se convierte en un monstruo que crece en forma desmesuradamente rápida, lleno de contradicciones y caótico” (2010, p. 32). La revista publicó interesantes artículos de Emilio Harth-Terré, en los que sugería la apertura de nuevas avenidas en el centro de Lima. En la sección “Labora por el Ornato Local”, Ciudad y Campo expresó sus opiniones editoriales respecto de las principales obras urbanas que se estaban desarrollando en la ciudad de Lima. Así mismo, el arquitecto alemán Werner Benno Lange (1926) publicó un artículo sobre el gran valor del edificio de la Perricholi y los “Estudios del ensanche de la Gran Lima de 1926”. Sobre la investigación de Lange, se señala:

El trabajo publicado condensa ideas, anotaciones y opiniones de Lange sobre la ciudad de Lima, que nos dan una imagen de la situación urbana de la capital hacia 1926. Su trabajo realizado en Lima se puede dividir en dos etapas: los estudios previos y los lineamientos para elaborar el plan urbano … Lamentablemente, la falta de decisión política, los conflictos internos, la desinformación ciudadana, la crisis económica mundial y el polémico término del gobierno de Leguía imposibilitaron la finalización y ejecución del futuro plan. (Quispe, 2017, p. 99)

La revista también dio espacio a la publicación de las obras que se estaban desarrollando en Iquitos, La Perla, Callao y Bellavista. Así mismo, se destacó la construcción de nuevas plazas, malecones, parques, paseos y espacios públicos en todo el Perú. Se republicaron artículos del extranjero en los que se remarcaban las principales ideas urbanísticas de la época y la revista dio constantes opiniones sobre la situación urbana de Lima.

La mirada que tiene Ciudad y Campo sobre Lima es la de una ciudad en pleno proceso de modernización y expansión. Sobre el Perú, Ciudad y Campo mostró un país que se tecnificaba e interconectaba a partir de los avances en las industrias y de la rápida construcción de caminos y carreteras. El contenido de la revista no se limitó a temas de arquitectura y urbanismo, pues también abordó asuntos de vialidad, automovilismo, industrias, agricultura, irrigación, arte, arqueología y misceláneas. En su conjunto, la revista es una valiosa fuente documental de la realidad constructiva de Lima y el Perú a inicios del siglo xx.

PROYECTOS NO CONSTRUIDOS PUBLICADOS EN LA REVISTA CIUDAD Y CAMPO (1924-1930)

La revista Ciudad y Campo publicó importantes artículos de proyectos destinados a cambiar Lima. Entre los principales planes se tenía la construcción del Gran Casino Hotel en Magdalena del Mar, el Palacio de Justicia, la basílica de Santa Rosa, el Palacio Municipal, edificios penales, la entrada al hipódromo de Santa Beatriz, el Mercado de las Flores del Callao y el Nuevo Mercado de Miraflores (véanse las tablas 1 y 2). Finalmente, ninguno de estos proyectos llegó a materializarse en su totalidad, pero en las páginas de Ciudad y Campo queda la memoria de las ideas que se tuvieron para la capital y que hoy son testigo de una época de expansión, modernización y progreso. En este contexto surge la idea de utopía como impulso y generador de ideas: todos los edificios mencionados estaban destinados a construirse, pero —al no ser posibles— quedaron en utopías que hoy nos permiten tener la imagen de una Lima posible y conocerlos como proyectos referenciales a lo largo de la historia de la arquitectura en el Perú.

La presente investigación analizará el contenido de tres de los proyectos no construidos publicados en la revista (véase la Figura 3). Se determinará la significación de los proyectos, su valor documental para las publicaciones periódicas con contenido de arquitectura y su valor histórico para la arquitectura y urbanismo en el Perú. El estudio se centrará en el contenido de Ciudad y Campo y las ideas e imágenes que genera sobre los edificios, Lima y el Perú de inicios del siglo xx.

Gran Casino Hotel Moderno, malecón y bajada en Magdalena
del Mar

El Gran Casino Hotel, ubicado en Magdalena del Mar, es el proyecto más ambicioso publicado en la revista Ciudad y Campo que no se llegó a materializar. El proyecto se publicó en el número 41 de la revista en el año 1928. La empresa destinada a desarrollar el edificio fue la constructora norteamericana H. J. Gilfred Company, establecida en Wilmington Delaware, que obtuvo la concesión del proyecto a pedido del presidente Augusto B. Leguía. Como se señala en Ciudad y Campo (1928):

La concesión ... comprende específicamente la transformación del balneario de la Magdalena de Mar, mediante la edificación de un gran casino-hotel, malecón, artística bajada, establecimiento de baños, dos pórticos protectores del mar y rompeolas a lo que se añadirá como feliz complemento la transformación total de la Avenida Brasil. (Gran Casino Hotel Moderno, 1928, p. 35)

Se estimó que la imponente obra se concluiría en un lapso de tres a cuatro años, con el principal objetivo de atraer público turístico norteamericano y europeo. Otro aspecto relevante del proyecto fue la concepción de vida moderna que tiene la revista, sobre la cual se menciona que

requiere no sólo lo útil y lo indispensable sino también algo de superfluo y sobre todo el confort social y sitios en donde al recrearse el espíritu se recupere optimismo y se restaure el desgaste de la cotidiana actividad para producir. (Gran Casino Hotel Moderno, 1928, p. 35)

La empresa concesionada también estuvo a cargo de la construcción del nuevo Palacio de Justicia y presentó en exclusiva para Ciudad y Campo la ilustración del nuevo proyecto. En el dibujo se distinguen dos partes: el edificio, asentado en la parte baja del acantilado, y la ciudad, que se eleva sobre él. El nivel de precisión y expresión gráfica de la ilustración hacen del contenido un gran valor documental (véase la Figura 4). Históricamente se conoce muy poco o nada sobre el gigante proyecto, lo cual añade valor a las páginas de Ciudad y Campo.

El Gran Casino Hotel, de haberse llegado a construir, hubiera sido el más grande e importante de la época. Su privilegiada ubicación le hubiera dado atributos irrepetibles. La vocación pública del edificio se refleja en sus imponentes escaleras y terraza. La escala, diseño y morfología del edificio reflejan las intenciones de grandeza, importancia y resonancia internacional que buscó tener. Este proyecto, debido a su escala y repercusión, es el que puede considerarse más utópico. Del proyecto no se tiene registro de planimetrías o mayor información que corrobore la cercanía a su construcción. Así mismo, tampoco es citado en la historia de la arquitectura del siglo xx. Sin embargo, revela grandes ideas sobre la ciudad y su modernización.

Palacio de Justicia

El Palacio de Justicia del Perú fue inaugurado en 1939, bajo el gobierno de Óscar R. Benavides. A diferencia del Gran Casino Hotel de Magdalena del Mar, el Palacio sí llegó a construirse, aunque no se llegó a materializar como inicialmente se había planteado. El contratista encargado de la construcción fue Juvenal Monge y Cía., y el arquitecto fue el polaco Brunon Paprocki. El diseño del Palacio de Justicia tomó como referencia al imponente Palacio de Justicia de Bruselas (Bélgica), proyectado por Joseph Poelaert. En 1924, Ciudad y Campo publicó la propuesta inicial de Paprocki: era un edificio mucho más grande, opulento y ambicioso del que finalmente se llegó a construir.

Sobre el Palacio de Justicia, la revista publicó dos artículos: el primero, publicado en julio de 1924, en el que se menciona el breve comienzo de la construcción del edificio; el segundo, de febrero de 1927, en el que se abordan los estudios del arquitecto Paprocki (que incluyen planos y vistas), y se señala la “visión gigantesca y mágica de la futura metrópoli” a partir de esta construcción (Omega, 1927). Ambos artículos presentaban material gráfico y contenido exclusivo sobre el Palacio de Justicia. Al ser una gran obra representativa del gobierno de Leguía, la revista buscó darle notoriedad y posicionarla como trascendental para el desarrollo y progreso del país.

El Palacio de Justicia no se llegó a construir tal como fue proyectado originalmente, en parte por decisiones políticas y económicas. Inclusive, el proyecto fue modificado por lo menos en tres ocasiones. El nuevo Palacio de Justicia fue planteado por Leguía y se inició la construcción del edificio durante su mandato. Como se señala en el número 1 de la revista Ciudad y Campo:

Se ha puesto de manifiesto el interés y resolución que tiene el Gobierno, en la persona del Presidente señor Augusto B. Leguía para abordar la inmediata realización de tan importantísima obra, grandemente reclamada, toda vez que el progreso y el ornato de la ciudad exijan que el actual edificio, en tan deplorable estado y pomposamente llamada Palacio de Justicia, fuera reemplazado por otro moderno, cómodo, higiénico y capaz de satisfacer todas las necesidades de las Cortes de Justicia, tribunales del Perú y Juzgados de Lima. (La construcción del nuevo Palacio de Justicia, 1924, p. 6)

Desde 1924, la revista impulsó la construcción del Palacio de Justicia e informó del proceso de expropiación de las propiedades que se encontraban en la manzana que ocuparía el futuro edificio. Así mismo, en el artículo se señala que estaban en proceso las negociaciones para que la importante empresa inglesa de muebles y decorados Waring & Gillow, de Londres, sea la que suministre el mobiliario, al igual que lo estaba haciendo con el Gran Hotel Bolívar y el Palacio Arzobispal. Un gran aporte de la revista fueron las sugerencias y comentarios realizados hacia el nuevo proyecto, en el que se velaba por el espacio urbano colindante a la edificación:

Si el nuevo palacio va a ocupar el área total de la manzana, debe aprovecharse esta circunstancia para dar a sus cuatro calles un mayor ancho de siquiera uno o dos metros, y rodearlo de anchas veredas. Así se permitiría un fácil tráfico en las calles y el dar lugar a que luzca mejor el edificio, pudiendo apreciarse su perspectiva. (La construcción del nuevo Palacio de Justicia, 1924, p. 6)

En 1930, el golpe de Estado de Luis Miguel Sánchez Cerro generó el paro de la construcción del Palacio de Justicia. Recién en 1937, durante el mandado de Óscar R. Benavides, se reanudaron los trabajos, evidenciándose grandes cambios con respecto al proyecto inicial. Al cabo de dos años, en 1939, se terminó la construcción. El mayor cambio que sufrió el diseño fue la gran cúpula central, la cual dotaba al edificio de mayor majestuosidad y verticalidad. Como se menciona en Ciudad y Campo, el edificio buscaba hacer de la capital “una espléndida ciudad, llamada a ser, en el Pacífico hacia la América Latina, el centro de atracción de viajeros y visitantes” (Omega, 1927, p. 9).

El segundo artículo, publicado y titulado “Los estudios del arquitecto Paprocki en Lima”, fue firmado por Omega, pseudónimo de quien constantemente publicaba interesantes artículos en la revista. El artículo incluye un valioso plano de una planta baja con excelentes detalles, texturas, escaleras, ambientes, mobiliario, amoblamiento, etcétera (véase la Figura 5).

El nivel de detalle evidencia las capacidades del arquitecto polaco. De la misma manera, el gráfico más destacado es la vista del grabado en acuarela, en la que se muestra la monumental fachada principal (véase la Figura 6). El dibujo esboza el nuevo Palacio de Justicia, su integración con el espacio público y, sobre todo, su escala y monumentalidad. Un aspecto importante es que en el dibujo aún no aparece el diseño de la cúpula, la cual sería agregada al proyecto en años posteriores.

Sobre Paprocki, en el artículo se señala que también tuvo el interés de construir el santuario monumental en memoria de Santa Rosa de Lima, y una basílica, cuya cúpula sobresaliera de todos los edificios de Lima para darle un carácter y sello especial. Omega también afirma que, durante el gobierno de Leguía, al arquitecto polaco se le encargaron diversos estudios sobre problemas urbanos y la construcción de edificios públicos, entre ellos diez construcciones escolares. El mayor aporte de este proyecto son los detallados planos e ilustraciones de la elevación, ya que, como señala Millet (2014), uno de los mayores aportes de la arquitectura especulativa o utópica es, sin duda, la representación arquitectónica. Solo estos dibujos ya representan en sí una gran significación para la historia de la arquitectura peruana.

Edificios penales para Lima

La penitenciaría de Lima, construida hacia 1850 durante el gobierno de Ramón Castilla y hoy demolida, es un proyecto emblemático para la capital. La penitenciaría se caracteriza por su modelo tipo panóptico, el cual seguía el debate sobre cómo la arquitectura reacciona ante los tratamientos para los sentenciados. Los estudios para el panóptico fueron encargados a Mariano Felipe Paz Soldán y posteriormente este fue diseñado por los arquitectos Michele Trefogli y Maximiliano Mimey.

En 1928, Ciudad y Campo publicó un artículo titulado “Estudio sobre edificios penales”. El artículo fue escrito por el ingeniero Thomas A. Stiles, subgerente de la empresa norteamericana The Foundation Company, quien menciona que esta ha elaborado un interesante y notable proyecto para el edificio de la nueva penitenciaría y la Cárcel Central de Lima. Así mismo, Stiles menciona que tanto los planos como las ilustraciones publicadas en la revista también fueron publicadas en el número diez de la revista Informaciones y Memorias de la Sociedad de Ingenieros del Perú.

El proyecto se planteó con una premisa básica de pensar la prisión como medio de rehabilitación y readaptación del delincuente a la sociedad. En tal premisa, señala Stiles, se sustenta toda la jurisprudencia penal moderna. De la misma manera, se plantea la teoría de que el delincuente no es un producto nato o genérico, sino que se forma o construye por las deficiencias sociales en las que actúa. El texto también plantea una clara diferencia entre cárcel y penitenciaría, y tales ideas son las que determinan el programa, la forma y el fondo del proyecto planteado por el ingeniero Thomas A. Stiles:

En la cárcel se pone en custodia a aquellos de quienes se sospecha que hayan cometido un delito, que no han sido sentenciados aún y que van a esperar su proceso. Difiere muchísimo de la penitenciaría, en la que se recluye a los ya sentenciados. La cárcel es, por eso, una prisión preventiva y provisional para muchos de los recluidos. La cárcel en consecuencia, debe ser el establecimiento reformatorio más adelantado del país, pues a ella van los delincuentes que principian y que aún no ha encallecido el delito. (Stiles, 1928, p. 31)

El artículo publicado en Ciudad y Campo muestra una planta baja general de la penitenciaría y el detalle de las celdas personales (véase la Figura 7). Así mismo, se muestra una vista de la planta general en forma de cruz y el detalle de las celdas de la Cárcel Central Departamental de Lima (véase la Figura 8). Estos gráficos muestran claramente las ideas del ingeniero norteamericano, el cual resalta la importancia de espacios comunes, de recreación, la necesidad de celdas personales y la separación entre programas. Stiles remarca la necesidad de incluir una clínica moderna, ambientes de trabajo, lugares de recreo, baños, peluquería, sala de actuaciones, biblioteca, capilla, botiquín y aulas de instrucción. Sobre la arquitectura, la revista señala que el edificio es “alegre y bien iluminado”, lo cual difiere de las sombrías construcciones penales de la época.

Así mismo, el ingeniero Stiles señala que incorporará al proyecto los adelantos arquitectónicos y remedios a los principales males que afectan a los edificios penales:

Tanto el contenido gráfico del artículo, como las ideas y pensamientos, son de gran interés y relevancia para la arquitectura peruana. El proyecto de la cárcel y penitenciaría revela un espíritu de la época, una forma de pensar la sociedad y cómo la arquitectura se adapta y busca solucionar problemas sociales como la delincuencia. El proyecto buscaba tener un impacto nacional y convertirse en un referente en la región.

CONCLUSIONES

La revista Ciudad y Campo (1924-1930) es una de las publicaciones periódicas con contenido de arquitectura y urbanismo más importantes de inicios del siglo xx y previas a El Arquitecto Peruano. La revista se publicó en una etapa de gran expansión y desarrollo urbano de Lima, durante la cual se pavimentaron calles y avenidas, se crearon sendas urbanizaciones y se construyeron importantes espacios públicos. Así mismo, durante este periodo se construyeron los primeros edificios del Perú y se proyectaron las edificaciones más importantes del siglo xx. Ciudad y Campo pudo documentar las obras más relevantes y sus páginas son testigos de una época en la que se buscaba hacer de Lima una de las ciudades más importantes y modernas de la región. El valioso contenido de la revista incluye importantes artículos de proyectos que no llegaron a construirse, pero que nos permiten imaginar una Lima que pudo ser; una Lima utópica, con edificios utópicos que, dentro de la dicotomía de utopía y arquitectura, se puede determinar que fueron referentes y que nos hablan de ideales de la arquitectura y la ciudad. Como señala Millet (2014), la arquitectura especulativa o utópica puede resultar útil para la arquitectura en su sentido más amplio, e incluso para aquellas propuestas pensadas para ser efectivamente construidas.

Tres de los proyectos que se publicaron fueron el Gran Casino Hotel de Magdalena del Mar, el nuevo Palacio de Justicia y edificios penales en Lima. La revista presenta en exclusiva material gráfico y escrito de cada uno de estos proyectos, lo cual la convierte en una fuente documental relevante para el estudio de la arquitectura en Lima y el Perú durante el oncenio de Leguía. Los tres proyectos estuvieron orientados a ser los más importantes de la capital y buscaban tener un impacto internacional. De los tres, solo el Palacio de Justicia llegó a construirse de forma parcial, ya que los planos e ideas originales del arquitecto Paprocki no se llegaron a ejecutar en su totalidad. La crisis política y económica de 1930 llevó a que no se completaran los proyectos y a que hoy solo los tengamos en planos y gráficos, testigos de las ideas.

El contenido de los proyectos no construidos publicados en Ciudad y Campo son de gran valor para la reconstrucción de la historia de la arquitectura peruana. Así mismo, es importante señalar la relevancia que hubieran tenido los edificios a nivel regional y la repercusión que tienen hasta nuestros días. Ciudad y Campo también representa un hito en la historia de las publicaciones periódicas en el Perú, por lo que su valioso contenido debe ser investigado en futuros estudios de la arquitectura y urbanismo en Lima a inicios del siglo xx.

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